El día 22 de julio de 1936 dos Breguet Bre.19. procedentes del aeródromo de Recajo (Logroño) aparecieron sobre Otxandio, donde se estaban celebrando las fiestas patronales.
Tal como afirmaron varios testigos oculares, volando por debajo de los 70 metros los pilotos atrajeron mediante gestos a un nutrido número de niños que, como había ocurrido en días anteriores, esperaban una lluvia de octavillas.
Tras realizar varias vueltas los Breguet Br.19 bombardearon y ametrallaron el centro urbano durante unos 25 minutos, ejecutando repetidas pasadas y lanzando todas las bombas que portaban.
El ataque sobre la plaza otxandioarra de Andikona produjo 61 muertos y numerosos heridos, la mayoría de ellos niños. Era el cuarto día tras el golpe de Estado franquista.
Este fue el primer bombardeo realizado por las tropas franquistas contra la población civil, al que luego seguirían otros muchos, como el de Durango, Gernika, etc.
Fue el primer ensayo de un bombardeo masivo y de terror ejecutado sobre una población civil.
Fuente: DEIA, más información, en el reportaje adjunto que Xabier Irujo escribió para la sección “Historias de los vascos”
Tal
día como hoy, un 19 de julio de 1522, cayó el castillo de Amaiur.
Acorralados por un ejército muy superior, refugiados en un castillo
medieval, conscientes de lo que se les echaba encima, cerca de 200
soldados navarros se aferraron a la idea de un reino que se resistía a
ser conquistado.
Bombardeados y asediados durante seis días, optaron por un mal menor:
capitular. Fue el anteúltimo episodio de la resistencia legitimista
frente al invasor, Fernando El Falsario y sus tropas castellanas, antes de la toma de Hondarribia, que tendría lugar dos años después.
Salvando las distancias, y las cifras, Amaiur puede considerarse como El
Álamo vasco, pero, a pesar de la importancia del acontecimiento, este
episodio de la historia de Euskal Herria ha sido ignorado y denostado
por el Gobierno de Navarra durante decenios. Por contra, entidades como
Nabarralde o la Sociedad de Ciencias Aranzadi se han afanado en
investigar y mostrar los hechos, algo que incomoda a todas las personas
que han defendido una teoría que ya no se sostiene: la de la
incorporación pacífica de Nafarroa al Reino de Castilla.
La Sociedad de Ciencias Aranzadi se acercó hasta la loma de Gaztelu, en Amaiur, en 2005, y al año
siguiente comenzaron a excavar la tierra con la ayuda de unas pocas
entidades y de un nutrido grupo de voluntarios. El pueblo de Amaiur quería saber qué se escondía tras los escombros del
monte Gaztelu. Solo había un monolito, un obelisco erigido en 1922, que
fue destruido en 1931 y fue restituido en 1982. El alcalde pidió ayuda a
instituciones de toda Euskal Herria y solo respondió Aranzadi.
El
equipo de Aranzadi examinó toda la documentación del Archivo General
de Navarra, y encontraron que los reyes navarros habían llevado un registro minucioso de todo lo
que se hacía en el Viejo Reyno desde el siglo XIII, y se pusieron manos a la obra haciendo auzolan, con la ayuda
del pueblo de Amaiur y en
euskera. Se esforzaron por sumar al proyecto a la Universidad Vasca de
Verano y a investigadores de la UPV/EHU, y conformaron un curso de
arqueología para que pudiera apuntarse quien quisiera. Fue una empresa
difícil, porque la historia que aconteció en Amaiur no era del
gusto de quienes entonces presidían el Gobierno de Navarra.
Durante esos años, Aranzadi recibió también la ayuda del
Ayuntamiento de Baztan y de Udalbide-Udalbiltza, pero en 2014 recibieron un espaldarazo inesperado:
lograron una licencia administrativa que autorizaba las excavaciones. Eso sí, con la condición de investigar con sus propios
recursos y de restaurar todo lo que encontraran. En 2015 consolidaron los muros que habían sido destapados
e instalaron pasarelas de madera para los visitantes; además, colocaron
varios paneles informativos alrededor del emplazamiento.
Los
habitantes de Amaiur contribuyeron dando alojamiento y
alimento a los más de cuarenta voluntarios que se acercan hasta Amaiur
cada año. Estos pagan 100 euros para participar en el taller de
arqueología al aire libre. En el proyecto nunca ha habido nunca nadie
liberado, el trabajo de ingenieros, arquitectos y trabajadores de
la excavación ha sido gratuito. Los vecinos
de Amaiur valoran mucho que se hayas hecho todo sin ayuda del Gobierno
de Navarra y que se haya hecho
con discreción y sin crear polémicas estériles.
Amaiur
apareció en los papeles por primera vez en el siglo XII,
ligado al Obispado de Baiona, y en el siglo XIII ya se hace mención al
castillo. A partir de ahí, los archivos revelan toda su estructura. Todo
lo que se ve en los documentos lo ha encontrado después el equipo de
Aranzadi bajo
tierra. Han encontrado el trazado primigenio del
castillo medieval, con una primera línea de murallas, con cinco torres
redondas y en medio la torre principal; un lugar acondicionado para unos
20 soldados que podría albergar hasta 200 en caso de guerra".
Amaiur era un lugar clave de paso entre Baiona e Iruñea, donde se
vigilaba el paso de gentes y se cobraban impuestos a los comerciantes,
de ahí su importancia estratégica. Las tropas castellanas, que durante
algunos años –justo antes del famoso sitio– mandaron sobre las almenas
del castillo, decidieron aumentar las defensas del mismo y construyeron
dos baluartes. Le añadieron las mejoras técnicas de los castillos
renacentistas para hacer frente a la artillería y, a su vez, para poder
colocar plataformas cañoneras en 1512.
Amaiur fue un ensayo que se
realizó con los mejores técnicos italianos, que trabajan para el imperio
español, y para nosotros es importante que se hayan localizado más de 2.000
restos arqueológicos (los más antiguos datan del siglo XIII), como la
espada ropera, bolas de cañón de casi quince kilos, fragmentos de otros
proyectiles, puntas de flecha, de picas y de lanzas... ¡Y hay para
otros 15 años! Lo que demuestra todo esto es que en Amaiur hubo un
conflicto armado, es decir, que Nafarroa fue conquistada por Castilla.
Éste es el único yacimiento donde se ve y se escenifica eso, lo que lo
convierte en un lugar con una carga simbólica y sentimental muy fuerte.
La historia del castillo
no se apagó con su destrucción, pues las piedras del mismo se han usado
para otros menesteres, incluso para ampliar la iglesia del pueblo. En
1635 volvieron a reconstruirlo de forma parcial, con motivo de una
guerra francoespañola. Más adelante, se erigió una ermita y en la Guerra
de Convención se instalaron cuarteles. Ya en tiempos de Napoleón, se
vuelve a reutilizar, igual que en la segunda carlistada, y, tras la
Segunda Guerra Mundial, Franco construyó cuatro kilómetros de búnkeres
en la zona.
"Nafar askatasunaren alde Amayurko echarrian borroka egin zuten gizonei. Betiko Argia." Gora Nafarroa eta gora borrokatu zuten guztiek!!
Resuenan sirenas desde la megafonía colocada para las fiestas del Carmen. Una voz explica que los militares se han sublevado contra el pueblo soberano y que el gobierno republicano lo tiene todo bajo control. Aun así, la prueba ciclista que se tenía que celebrar ese mismo día se suspende. Los bailes de la plaza de abajo, también se suspende. La actuación del germano Don Taiman queda también suspendida, más tarde, este muchacho se convertirá en uno de los pilotos que defenderán Bilbo Handia. Todo esto ocurrió el 18 de julio de 1936, hace 76 años.
Los jóvenes corrían por el pueblo para alistarse. Camionetas llenas de muchachos partían hacia el frente pertrechados con escopetas de caza, aperos de labranza o con simples palos. Eso sí, el día 20 de julio partieron los primeros voluntarios al frente, sin armas pero con el buzo oficial de guerra. La hermana de uno de esos jóvenes todavía recuerda como su hermano partió hacia el frente los primeros días de guerra con una novela del Oeste en una mano y las llaves del portal en la otra. Este muchacho sólo volvió después del bombardeo de Gernika, había perdido tanto la novela como las llaves, así como su inocencia. Entró en casa y durmió durante casi tres días seguidos. Tras el descanso volvió al frente para nunca más volver.
La junta de defensa logró organizar la defensa local con 150 guardias voluntarios de los distintos partidos políticos y sindicatos del pueblo. ANV 10, PSOE 19, Izquierda Republicana 3, CNT 24, SOV 14, ANV Autónoma 18, PC 8, Casa del Pueblo 33, PNV 17 Y Acción Republicana 6. En total 150 guardias que generaron una fuerte polémica con Bilbao, que sólo disponía de permiso para tener 100 guardias. La diferencia del número de guardias reside en que Barakaldo tenía en aquel momento un área mayor que el de Bilbao.
Con respecto a los guardias decir que estos hacían distintos turnos de vigilancia y que los que primero hacían el turno tenían que dejar el arma a los que hacían el segundo turno de vigilancia. Pero al final las armas fueron requisadas para ser enviadas al frente. Ante esta causalidad, el Ayuntamiento decidió requisar todas las armas del pueblo, aunque fueran para cazar. Aún así, el 4 de septiembre se habló en la junta de defensa el problema de la vigilancia de San Vicente. Durante el día se hacían tres turnos de vigilancia con 12 guardias cada uno, pero por la noche se hacía un único turno de seis guardias. Otra queja fue que en la zona de Alonsotegi no había guardias que vigilaran la zona.
De este modo comenzó la Guerra Civil en Barakaldo. Esta historia es prácticamente desconocida.
Fuente: Ezagutu Barakaldo, texto de Koldobika López Grandoso