En la madrugada del 26 de noviembre de 1985 fueron detenidas cuatro personas a las cuales se les aplicó la Ley Antiterrorista. Tras el periodo de internamiento que permite dicha ley el balance fue el siguiente: tres personas puestas en libertad sin cargo alguno y un muerto.
A Mikel Zabalza le detuvieron, le encapucharon y le desaparecieron. A Mikel Zabalza le aplicaron la Ley Antiterrorista, le interrogaron, le maniataron y le asesinaron. A Mikel Zabalza le torturaron desde el primer momento, desde el primer timbrazo en su puerta, desde el primer insulto. A Mikel Zabalza le arrebataron de su casa una madrugada y lo devolvieron veinte días después, hinchado, maniatado y muerto. Los días que estuvo desaparecido, su familia vivió un calvario, lo buscaron por todas partes preguntando en cada baserri, a cada pastor, buscaron desesperadamente un rastro del "huido". Cuando su madre se presentó en Intxaurrondo –dirigido entonces por el general Enrique Rodríguez Galindo, uno de los principales miembros del GAL-, le dijeron que si había perdido un hijo tenía que dirigirse a “objetos perdidos”.
Aquí, en esta tierra todos sabemos lo que ocurrió, la versión oficial sostiene que Mikel escapó de los agentes de la Guardia Civil, esposado y con las manos en la espalda, y que se ahogó al intentar cruzar el río Bidasoa, pero hay indicios y testimonios que revelan que murió a consecuencia de las torturas a las que fue sometido. Más de treinta años buscando justicia y reconocimiento para Mikel Zabalza, la historia de su desaparición y muerte la sabemos todos, pero ¿Quién fue Mikel Zabalza? ¿Qué sabemos de él? El brazo ejecutivo del poder lo consideró sospechoso de pertenecer a ETA, y le aplicó lo que tiene estipulado para esos casos. Los que le conocieron de cerca, así le describieron:
SU FAMILIA
"Mikel nació y creció en Orbaizeta, hijo mayor de una larga familia de nueve hermanos. Hasta los catorce años estuvo estudiando en la escuela de la Fábrica de Orbaizeta, ayudando en los trabajos de la casa. A los quince años, durante la temporada de pastoreo en invierno, fue como pastor de las ovejas del baserri a Iparralde. En mayo regresó y siguió colaborando en las labores del baserri. Al año siguiente volvió a ir a Iparralde durante esa campaña. A partir de entonces ya no volvió a ir con las ovejas como pastor, pero siempre sintió afición hacia todo lo que se relacionaba con el pastoreo. Cuando se traían de vuelta las ovejas por las cañadas siempre venía él, incluso cambiando los turnos de su trabajo. No solo hacía esto con las ovejas, sino que lo hacía con todo lo relacionado con las labores agropecuarias de su casa natal. Además siempre estaba dispuesto a ayudar en lo que hiciese falta, tanto a su familia, como a los vecinos.
A partir de los diecisiete años compaginó los trabajos del baserri con otros que le surgían por temporadas, siempre con la finalidad de ayudar en casa económicamente. Cuando hizo el servicio militar en Irún, le toco la lotería y el dinero lo entregó en casa. Ayudó en la compra de una oruga, en los arreglos de cualquier avería de la maquinaria agrícola, en la compra del tractor. Después, como casi todos los jóvenes en aquella época, abandonó el pueblo en busca de trabajo, estuvo trabajando con Gil Industrias en el Valle de Salazar, en una explotación marmolera en Aezkoa, realizando tareas de limpieza de montes y de bombero por la zona de Lesaka. Y después, cuando tenía alrededor de 27 años, encontró un trabajo estable, como conductor de la Compañía del Tranvía, de San Sebastián. Cinco años después, su cadáver esposado llevaba el pantalón del uniforme de chofer cuando fue encontrado flotando en el río Bidasoa"
EL PÁRROCO DE ORBAIZETA "La familia vivía a cinco kilómetros de la iglesia, en la antigua fábrica de armas, y le puso a la vivienda el diminutivo vasco de la flor: Casa Loretxo. Conocí a Mikel cuando era un mozo de 18 años, fue monaguillo en la capilla de la fábrica de Orbaizeta y me ayudaba sobre todo a arreglar y restaurar objetos de la capilla. Él era pastor, como toda su familia. Había dejado la escuela cuatro años antes y andaba todo el día con el ganado, pasando el Pirineo de un lado a otro, midiendo sus faldas centímetro a centímetro con el trabajo diario, porque tenía unos primos carnales junto a Saint Jean Pied de Port y porque él no pensaba que su conocimiento de las cañadas y de los valles, su identificación con los accidentes geográficos del monte pudiera un día volverse tan en su contra como para convertirse en una factura que le pasara la muerte.
En el funeral de Mikel el día 18 de diciembre de 1985 el párroco destacó en su homilía lo siguiente: "En el mundo de hoy te encuentras con personas que tienen la piel fina, son brillantes en su exterior pero por dentro están llenos de malicia. Nuestro hermano Mikel era lo contrario, tenía la piel áspera por el trabajo, por su esfuerzo en ayudar a todos pero su corazón era fuerte, sencillo, amable con todos. Era Mikel como el roble de nuestros montes de Irati, por fuera la piel rugosa y áspera, pero por dentro sano, noble, lleno de vitalidad..."
JOVENES DEL PUEBLO DE ORBAIZETA"Donde empieza la selva de Irati, en el corazón de Euskal Herria, en el norte de Navarra, limitando con Iparralde se encuentra nuestro pueblo Orbaizeta. Aquí vio la luz un día Mikel Zabalza Garate, exactamente en el barrio de la fábrica, junto a las ruinas de la Fábrica de Armas. Nació en una familia humilde y trabajadora como todas las de este pequeñísimo pueblo. Tras él fueron llegando varios hermanos, ocho más, para quienes fue su hermano mayor, su segundo padre. Desde pequeño su vida fue como la de todos nosotros, juegos, escuela, trabajar en casa... para más tarde de joven, sacar una peseta donde se podía para ayudar a los suyos.
En una cosa fue diferente a la mayoría de nuestro pueblo: mantuvo con su familia la lengua de nuestros antepasados, la lengua de nuestro pueblo, el euskera. En el aspecto social y de ocio, era, sin lugar a dudas, el amigo y el compañero de todos; le gustaba alternar, hablar, jugar... con el primero que aparecía, respetando siempre cualquier manera de pensar u obrar de la persona que en cada momento se relacionaba. En los pocos actos culturales que se celebraban , era una de las personas que siempre colaboraba en lo que hacía falta. En lo político era parejo a todo el pueblo; nos costó despertar... quizá ahora empezamos a entender algo de política.
Hacía poco tiempo que había encontrado trabajo en otro punto de Euskal Herria, él quería trabajar porque todos los hermanos no podían quedarse en la casa. Seguía viniendo muy a menudo; su relación era la de siempre, incluso pasó grandes temporadas por sus bajas laborales a causa de tres intervenciones quirúrgicas a las que tuvo que someterse. Se había forjado una vida con un porvenir más claro, su familia había hecho lo difícil, y ahora el futuro era más bonito, era el momento de vivir, de recoger los frutos de tanto sufrimiento y trabajo.
Pero no, llegaron las primeras horas de aquel 26 de noviembre de 1985. Él, dos de sus hermanos, su primo... todos de aquí mas su compañera y alguno mas, son detenidos, torturados y más tarde puestos en libertad sin cargo. Hubo una excepción: Mikel, que aparecería muerto a los veinte días. Quienes lo llevaron vivo lo entregaron muerto. Lo que pasó, este pueblo lo sabe, pero no es aquí donde nos toca decirlo.
Creemos que la reacción de este pueblo tras su desaparición es el mejor ejemplo de lo que se le apreciaba y quería. Unido a ello, vimos que este pueblo, todos los vecinos, que jamás se habían manifestado, habían hecho una Huelga General, habían acudido masivamente a asambleas y batzarras... cambiaban sus costumbres y, como un pueblo azotado, herido y humillado, reaccionaba solidariamente con su hermano desaparecido, con acuerdos de Ayuntamiento, pidiendo explicaciones por los hechos con asambleas y manifestaciones, reuniones con "altas personalidades" de diferentes instituciones, búsqueda infructuosa de su cuerpo aquí y allá etc, etc. Hasta que llegó ese 15 de diciembre. La noticia era bastante esperada, pero fue una gran puñalada a este pueblo. El dolor y sobre todo la impotencia se hizo dueña de todos los que aquí estamos. Así esperamos su cuerpo para darle reposo junto a los suyos, junto a los nuestros. Fue el más impresionante y multitudinario sepelio aquí realizado. El silencio total que en él existió fue la demostración mas clara de nuestro respeto y admiración hacia él.
Más tarde, ese día, dentro de la única Huelga General que se ha realizado en esta zona, infinidad de tractores y coches recorrieron las carreteras del valle en un acto espontáneo y emotivo, y pasábamos por delante de su casa para solidarizarnos con su familia. Día mas tarde, prácticamente la totalidad de este pueblo acudía a una manifestación multitudinaria en Iruña, organizada conjuntamente por nuestro Ayuntamiento y su familia. El mejor resumen que se nos ocurre referente a lo aquí expuesto, es decir que Mikel era en todo, uno mas de Orbaizeta. Los hechos que intentamos describir así lo demuestran. Ahora en este pueblo, todos sabemos lo que ha pasado, el veredicto es claro; es a la justicia española a la que le resta posicionarse. Mientras tanto un vecino nuestro, inocente, sin saber por qué, murió. Descansa en el cementerio de su pueblo. Mirando su tumba a los que aquí solo nos sale un palabra "justicia"
EDURNE AGIRRETXE (COMPAÑERA DE TRABAJO)
Edurne Agirretxe era la única mujer que conducía un autobús en la empresa donde trabajaba Mikel, dolida e indignada expresó "Era un jatorra, qué te voy a decir. Tenía un trato correctísimo y era una persona de diálogo constructivo. No hablaba de chorradas. Para mí, Mikel será siempre un símbolo de identificación vasca, abertzale. La muerte de Mikel ha supuesto un gran cambio para mi porque he comprobado las grandes diferencias entre mis compañeros de trabajo. Los días que transcurrieron desde su detención hasta que apareció fueron días de reflexión, pues pensaba y pienso que cualquier día me pueden matar igual que a él, porque nuestro único "delito" es ser euskaldunes"
Fuente: "Mikelen hilketa eta herri baten intuizioa" (Amnistiaren Aldeko Batzordea)