Artículo de Jose María Lorenzo Espinosa para Eusko Lurra Fundazioa
ETA
tiene una fuerte identidad histórica. Una identidad compleja. No
siempre comprendida. A pesar de las miles de páginas. Escritas sobre
ella. Contra ella. Durante décadas ha sido el enemigo principal. Del
poder y sus becarios. Y se han dedicado a ello, miles de personas. Y
millones de dineros. No solo policías. También periodistas. Profesores.
Académicos…han luchado contra ETA. Todo un universo de intelectuales
orgánicos. Que sin el poder. Y sin su defensa del Estado. Y las cosas
establecidas. No serían nada. Ni nadie.
ETA
ha sido siempre referencia histórica de primera magnitud. Sus orígenes.
Su relación con el nacionalismo vasco. Sus fundadores y sus miles de
militantes. Sus ekintzas, Algunas espectaculares. Su carácter de poder
fáctico de un sector social…Por eso numerosos empleados del poder. Unos
pagados. Otros gratis. Se han ocupado y se ocupan todvía de ETA. Los
historiadores. A favor. En contra. O en medio. Nunca han podido eludir
su existencia. En especial en la última década de Franco. Pero sobre
todo en la transición. O. en las transiciones. En una de las cuales,
podemos estar ahora.
Las
calificaciones vertidas son distintas. Casi todas interesadas. Algunas
subvencionadas. Como en cualquier caso semejante. Es posible que nunca
haya un debate serio y profundo sobre esta organización. Que además de
sus actividades armadas, ha tenido una indudable influencia en hechos
políticos. Como, por ejemplo, en el nacimiento y evolución de la
izquierda abertzale. Y en la formación y concienciación de muchos
políticos, sindicalistas, intelectuales… (…)
En
marzo de 1937, los italianos bombardearon Durango. Hubo mas de
trescientos muertos. Todos civiles. Muchos estaban dentro de una
iglesia. Asistiendo a misa. Alguno de los supervivientes decía, muchos
años después, “Nos bombardeaban. Nos ametrallaban. Nos fusilaban…Y
además, nos obligaban a bajar la cabeza” . Sucedió así. Hasta finales de
los años cincuenta. Hasta que la nueva generación decidió no agachar la
cabeza. Para ello se creó ETA. Para no tener que bajar la cabeza ante
los invasores. (…)
El
conocimiento histórico es secuencial. Por definición y necesidad. La
conexión secuencial de los hechos actuales con los del pasado explica
mucho de lo que somos. Esto incluye a ETA. Al bombardeo de Durango. Al
de Gernika. A la represión franquista. Y a la desaparición de las
libertades vascas, desde las invasiones españolas del s. XIX. Por eso el
estudio de ETA no puede hacerse, en exclusiva, con fuentes documentales
periodísticas sincrónicas. Ni con hechos recientes, seleccionados y
asignados desde el poder. El estudio de cualquier organización armada,
por su peculiar y delicado activismo, debe de hacerse desde posiciones
históricas diacrónicas. Secuenciales y documentadas.
En principio, los textos escritos definen a cualquier agente histórico, a lo largo de su vida. Lo mismo sucede, en el caso de ETA. No se puede explicar su existencia y desarrollo, desde un solo punto de vista. O desde el mero activismo aislado. Sin contar con toda su producción ideológica. Todos sus pronunciamiento escritos. (…)
En principio, los textos escritos definen a cualquier agente histórico, a lo largo de su vida. Lo mismo sucede, en el caso de ETA. No se puede explicar su existencia y desarrollo, desde un solo punto de vista. O desde el mero activismo aislado. Sin contar con toda su producción ideológica. Todos sus pronunciamiento escritos. (…)
Por
definición cualquier poder se empeña en demostrar que sus enemigos no
tienen razón de ser. Por definición también, cualquier poder, como es el
del gobierno actual, inestable y dependiente, se ve obligado a emplear
grandes recursos para destruir o descalificar a sus adversarios. Y
además de perseguirlos policial y judicialmente, busca su anulación
teórica por cualquier medio. Y, en este empeño, no es tarea menor
controlar la Historia. Su relato y sobre todo su calificación. Sabemos
que ni la Historia contada, ni los historiadores que la cuentan, son
neutrales. Sabemos que unos son voluntarios y otros mercenarios. Y
sabemos que el poder pretende dominarlos a todos. O sea, controlar las
interpretaciones políticas que los historiadores hagan de la Historia.
De
esta forma, el poder trata de amañar el presente y el pasado. Así como
su recuerdo. Y se crea la llamada Memoria Histórica. Destinada a formar
parte de la divulgación social y política dominante. Es una de sus
prioridades. Condición necesaria para seguir siendo poder. Se dice que
los escritores encuentran la fuerza en el recuerdo. También los
gobiernos. Con la diferencia de que estos no se conforman con su
contemplación. Ni con la exposición lírica del relato. Los gobiernos del
poder se esfuerzan en ponerlo a su servicio. Por eso el pasado no puede
serles adverso. Al precio que sea.
Hacia
el s. XXI. Una vez desaparecida ETA. Y no en combate. El debate sobre
la Memoria histórica vasca se ha convertido-reducido, al debate sobre
ETA. O, mejor, contra ETA. Como estaba previsto en los presupuestos
generales del Estado y sus diversas autonomías. ETA, a comienzo del s.
XXI, sigue siendo válvula de escape. De todas las carencias. Y en este
año superelectoral. Que se teme de “cambio y corto”. Todos aceleran.
Cuando
Lord Acton dirigió la Cambrigde Modern History, creía que su relato
sobre Waterloo podría contentar por igual a franceses que a ingleses,
alemanes y holandeses. Nada mas equivocado. Incluso para un británico,
con mejor intención. No se consiguió. Porque la Historia es real y el
papel del historiador comprometido y militante. De modo, que los
franceses siguieron manteniendo sus versiones. Y enfrente, tuvieron a
los ingleses.
En el debate histórico sobre la memoria contra ETA, hay una posición dominante. Casi absoluta. La que no permite la igualdad en el relato. Ni la necesaria imparcialidad documental sobre la realidad. Es la posición del poder y el presupuesto. Unilateral. Promocionada. Pagada y gritona. Pero, sobre todo, parcial. Y omnipresente, en este año electoral. Se comercializa en prensa, televisión, monumentos, aniversarios, zinemaldias, inauguraciones, discursos y propagandas diversas, incluidos simples informes académicos. (…)
En el debate histórico sobre la memoria contra ETA, hay una posición dominante. Casi absoluta. La que no permite la igualdad en el relato. Ni la necesaria imparcialidad documental sobre la realidad. Es la posición del poder y el presupuesto. Unilateral. Promocionada. Pagada y gritona. Pero, sobre todo, parcial. Y omnipresente, en este año electoral. Se comercializa en prensa, televisión, monumentos, aniversarios, zinemaldias, inauguraciones, discursos y propagandas diversas, incluidos simples informes académicos. (…)
Los
pobres y los pueblos tienen una Historia que contar. La suya. Una
historia de resistencia contra el poder. Y sus abusos. Contra la
injusticia y la ocupación. Contra la explotación…Y esta Historia tiene
una ventaja. Si se sabe utilizar. Si se sabe contar…Es la Historia de la
verdad. Es la verdad histórica…Después de Waterloo. De Durango. O de
Gernika. Después de la invasión. De las minas y las fábricas. Después de
la explotación y el bandidaje financiero…No puede haber mas que una
Historia. Y no es la que cuenta el poder. Falsa y mentirosa. Contra su
oficialesca Memoria Histórica, está nuestra Memoria de la Verdad. (…)
Diciembre
de 1970. Quince miembros de ETA son juzgados a muerte. Por un tribunal
militar. En Burgos. Sede de la capitanía general de la VI región
militar. Son acusados de bandidaje y terrorismo. En un Estado de
excepción, que planificaba un escarmiento público, contra quienes habían
matado a un comisario de policía.
Fue
el juicio mas famoso del franquismo. El que se volvió contra Franco.
Las condenas a muerte. Y sobre todo las declaraciones de los presos.
Unían el socialismo y el nacionalismo. Era la primera vez que leíamos y
oíamos algo parecido. Además en El Correo Español. El periódico bilbaíno
franco-falangista. Y también estaba la Iglesia. Dos curas se sentaban
en el banquillo de Burgos. Miembros de ETA o colaboradores. Fue algo
increíble. Oyendo al BBC. La Pirenaica. Leyendo entre líneas.
Fueron
días emocionantes. Onaindía y el “Eusko gudariak”. Los jóvenes de media
Europa fascinados. Y Jean Paul Sartre. Y Olof Palmer,,,Solidarios con
ETA. Manifestaciones en Milán, en Frankfurt…Encerrona en Montserrat.
Protestas en toda Euskadi. Obreros y estudiantes salían a las calles.
Cortaban el tráfico. Tiraban piedras a los grises. Días
históricos…Algunos presos dijeron que era marxistas-leninistas. ETA se
convirtió al nacionalismo revolucionario…Nosotros nos convertimos a ETA. (…)
Jaime
Mayor Oreja. Político nacional español. Nacido en Donosti. Perdón, en
San Sebastián. Tradicionalista y de las JONS. De aterrizaje vasco. Que
vive en un país libre. Donde hay libertad de expresión. Don Mayor,
otrora aciago ministro del Asunto Interior. Allá por los peores años.
Fue además aspirante a los distintos títulos de los pesos varios. Y hoy
es políticamente canoso y barbicorto.
Pues
don Jaime. Un cierto día del 2007. Ante una impertinente pregunta. De
algún periodista impertinente. Que, después de esto, habrá dejado de ser
impertinente…O quizá, periodista. Respondió mas o menos: “Porqué voy a
condenar yo al franquismo, si hubo muchas familias que lo vivieron con
naturalidad y normalidad. Era una situación de extraordinaria placidez.
Dejemos las disquisiciones sobre el franquismo a los historiadores.”
Eso
dijo. Y los demás pensaron que, cuando Mayor se refiere a las familias.
Se refiere mayormente a la suya. No hay duda. Y alguna que otra
familia. Vecina y amiga de la suya. Casi con seguridad. Que son las que
ganaron la guerra. Y, sobre todo, la postguerra. Y vivieron. Y viven en
un país libre. A veces, libre de impuestos. En un país llamado España.
Donde hay libertad de expresión. Para algunas cosas. Entre ellas, hablar
bien de Franco. Y mal de ETA. Como el admirable y admirado, señor
Mayor.
Ya
me gustaría. Y a quién no ? Poder decir “Dejemos las disquisiciones
sobre ETA (ahora que hay elecciones) a los historiadores” Y también:
“Porqué voy a tener que condenar a ETA, si hubo muchas familias que lo
vivieron con naturalidad. Y, mas aún, con esperanza”. Y si hubo algunos
presidentes de España, que negociaron con ETA. Y uno hasta la llamó
MLNV. O sea, Movimiento de Liberación Nacional Vasco. Algo que, hasta
entonces, nadie se atrevía a decir. Salvo ETA, en los comunicados.
Pues
si yo pudiera decir eso. También me gustaría decir. Hipotéticamente.
Como don Oreja…”Porqué voy a condenar a ETA? si representaba una
situación de extraordinaria placidez…etc etc”. Pero no lo digo. No digo
nada de eso. No sea que el ex-ministro de todas las Españas y los
Asuntos Prohibidos, sea un iluso. Y no estemos, precisamente, en un país
libre. Donde ha triunfado la democracia, después de casi un siglo.
Y
donde no haya libertad de expresión. O sea, para mi. Y los que son como
yo. O, que solo la haya para los que son como don Jaime. Es decir, para
algunos españoles tradicionalistas y de las JONS. Que todavía no saben
que ha triunfado la Democracia. Y que, en España empieza a amanecer.
Incluso después de muerto Franco y con ETA, en stan-by.Fuente: Eusko Lurra Fundazioa: http://www.euskolurra.eu/el-triunfo-de-la-democracia/