lunes, 30 de diciembre de 2013

La Unión Soviética: El primer país en que el aborto fue legal y gratuito.


Historia del aborto


En la antigüedad la realización de abortos fue un método generalizado para el control de natalidad. Después fue restringido o prohibido por la mayoría de las religiones, pero no se consideró una acción ilegal hasta el siglo XIX. El aborto se prohibió para proteger a las mujeres de intervenciones quirúrgicas que en aquella época, no estaban exentas de riesgo; la única situación en la que estaba permitida su práctica era cuando peligraba la vida de la madre. 

Durante el siglo XX la legislación liberalizó la interrupción de embarazos no deseados en diversas situaciones médicas, sociales o particulares. Los abortos por voluntad expresa de la madre fueron legalizados por primera vez en la Unión Soviética; posteriormente se permitieron en Japón y en algunos países de la Europa del Este después de la II Guerra Mundial. A finales de la década de 1960 la despenalización del aborto se extendió a muchos países. Las razones de estos cambios legales fueron de tres tipos:

1) El infanticidio y la mortalidad materna asociada a la práctica de abortos ilegales;

2) La sobrepoblación mundial;

3) El auge del movimiento feminista.


Primeros abortos legales   


En 1917 el proletariado tomó el poder en la Unión Soviética y empezó a construir una nueva sociedad socialista. Antes de la revolución las mujeres sufrían una horrible opresión. No era inusual que las mujeres fueran compradas y vendidas como esposas o sirvientas. Eran tratadas como bestias de carga en granjas y hacían trabajos denigrantes en talleres.

La victoria de la revolución cambió de inmediato y por completo la vida de las mujeres. Las nuevas leyes despojaron a los hombres de los derechos sobre esposas e hijos, aseguraron el derecho al divorcio y establecieron salarios iguales para hombres y mujeres. El matrimonio ya no lo legalizaba la iglesia, sino una ceremonia civil. Las mujeres que daban a luz en hospitales no tenían que pagar nada. El aborto se descriminalizó y después se legalizó en 1920. Ya no se castigaba a las prostitutas y más tarde se eliminó la prostitución. Se abolió el matrimonio infantil, así como la compraventa de mujeres. Los lugares de trabajo permitieron que las mujeres se ausentaran por maternidad y aborto.

Lenin, líder de la revolución rusa, dijo: "La experiencia de todo movimiento de liberación ha demostrado que el éxito de una revolución depende del grado de participación de la mujer".



El aborto: legal y a quien lo solicitara



En 1920 el gobierno soviético emitió un decreto anulando la penalización criminal del aborto. Fue el primer gobierno del mundo en hacerlo:

“Mientras los remanentes del pasado y las difíciles condiciones del presente obliguen a algunas mujeres a practicarse el aborto, el Comisariato del Pueblo para la Salud y el Bienestar Social y el Comisariato del Pueblo para la Justicia consideran inapropiado el uso de medidas penales y por lo tanto, para preservar la salud de las mujeres y proteger la raza contra practicantes ignorantes o ambiciosos, se resuelve:


“I. El aborto, la interrupción del embarazo por medios artificiales, se llevará a cabo gratuitamente en los hospitales del estado, donde las mujeres gocen de la máxima seguridad en la operación.”—“Decreto del Comisariato del Pueblo para la Salud y el Bienestar Social y del Comisariato del Pueblo para la Justicia en la Rusia Soviética”

En la Rusia zarista las mujeres eran legalmente esclavas de sus maridos. Según las leyes zaristas: “La esposa tiene que obedecer a su marido, como jefe de familia, permanecer junto a él, amarle, respetarle, obedecerle siempre, hacer todo lo que le favorezca y demostrarle su afecto como esposa”. El programa del Partido Bolchevique de 1919 decía: “En el momento actual, la tarea del partido es trabajar en primer lugar, en el reino de las ideas y la educación, para destruir completamente todos los vestigios de desigualdad o viejos prejuicios, particularmente entre las capas más atrasadas del proletariado y el campesinado. Sin limitarse sólo a las igualdades formales de las mujeres, el partido tiene que liberarlas de las cargas materiales del obsoleto trabajo familiar y sustituirlo por casas comunales, comedores públicos, lavanderías, guarderías, etc”.


Después de la fundación de la Unión Soviética las cosas para las mujeres cambiaron, el triunfo de la gran revolución socialista de octubre de 1917 trajo para las mujeres derechos que antes siempre les fueron negados y una de las más celosas defensoras de esos derechos fue Aleksandra Kołłontai, una feminista radical que entró a formar parte del primer gobierno de Lenin como Comisaria del Pueblo para el Bienestar Social, un cargo de responsabilidad desde donde impulsó la creación del departamento para la mujer y desde donde el 18 de noviembre de 1920 se decretó el derecho al aborto libre y gratuito.


Con la revolución rusa se alcanzó una igualdad política, económica y sexual entre mujeres y hombres y, con ella, se establecieron las bases para una igualdad real entre sexos. Las mujeres consiguieron el pleno derecho al voto, las leyes civiles hicieron del matrimonio una relación voluntaria, eliminaron la distinción entre hijos legítimos e ilegítimos, igualaron los derechos laborales de la mujer a los del hombre, dieron el mismo salario a las mujeres y un salario universal de maternidad. 

Así, la Unión Soviética fue el primer país del mundo donde se estableció total libertad de divorcio y donde el aborto fue libre y gratuito. Con esa medida se acabó con una gran cantidad de muertes y mutilaciones y se dio a la mujer el derecho a disponer de su cuerpo. Esa fue una de las grandes conquistas de la Revolución de Octubre de 1917.

Los bolcheviques también abolieron las leyes contra las relaciones homosexuales y todas las formas de actividad sexual consensual. La revolución desató una oleada de optimismo y expectativas de una sociedad construida sobre principios socialistas. Entre los jóvenes había muchísimas discusiones sobre las relaciones sexuales, el cuidado de los niños y la naturaleza de la familia en la transición al socialismo.

 

Para eliminar las bases económicas de la familia tradicional se establecieron una serie de decretos que abolieron el derecho de herencia, de modo que las propiedades de los ricos fallecidos pasaban al estado y se invertían en transferir el trabajo doméstico a las instituciones públicas: casas de maternidad, guarderías, parvularios, escuelas, comedores populares, lavanderías populares, centros de reparación de ropa, etc., que ayudaron a la mujer a librarse de las tareas tradicionalmente asignadas a ella.

Sin embargo y por desgracia, el derecho al aborto fue abolido por un decreto introducido por Stalin en 1936. El principal factor que influyó en esta decisión fue la preocupación de ese líder por un  crecimiento poblacional que fuera adecuado para el "imperio sovietico", como Stalin consideraba entonces a la Unión Soviética. Después de su muerte, las nuevas autoridades decidieron legalizar de nuevo el aborto y desde 1955 hasta la caída de la URSS, el aborto se volvió de nuevo común y generalmente asequible, así como gratuito.


Fuente: http://ateaysublevada.over-blog.es/

sábado, 14 de diciembre de 2013

Recorriendo los patios de Rusiñol (1861-1931)


La pasión de Rusiñol por los patios y los jardines como espacios de silencio


Santiago Rusiñol i Prats; (Barcelona, 1861 - Aranjuez, 1931) Escritor, pintor e ideólogo del movimiento modernista catalán, popular figura de la vida bohemia que fue el alma de las fiestas modernistas de Sitges. Muy pronto quedó huérfano de padre; hizo los primeros estudios en su ciudad natal. Desde su adolescencia trabajó en el negocio familiar de hilados, bajo la férula de su abuelo, que siempre se opuso a la vocación de Santiago Rusiñol por el dibujo y la pintura. 

El joven dibujaba a escondidas: copiaba ilustraciones de libros y en sus correrías por el barrio portuario sacaba apuntes de los barbudos marineros de la época. Bien cumplidos los veinte años y muerto ya el abuelo, pudo satisfacer plenamente sus ansias de formación artística; asistió con gran aprovechamiento a las clases de Tomás Moragas y frecuentó el Centro de Acuarelistas, del cual fue uno de los fundadores. En 1882 participó en un concurso de dibujos de hierros forjados catalanes, y de entonces data su afición a este género de obras de arte, de las que llegó a reunir una importante colección en su museo particular del Cau Ferrat, en Sitges. 

En 1884 abrió su primera exposición en la tradicional Sala Parés de la capital catalana, junto con sus amigos el pintor Ramón Casas y el escultor Enric Clarasó. Por aquel entonces realizó en compañía de Casas un viaje en carro por Cataluña: los viajeros sacaban apuntes de tipos y paisajes. En 1887 se fue a París y se instaló en Montmartre con otros artistas catalanes: allí fueron sus maestros Puvis de Chavannes y Carrière. Tres veces expuso en París, en el Salón de los Independientes, en la Nacional y más tarde en las Galerías Bring, donde presentó una colección de jardines españoles que mereció grandes elogios. Fundó por aquellas fechas el Cau Ferrat y allí instaló dos Grecos adquiridos en Francia. 

En el verano de 1891 descubre Sitges, pinta sus conocidos «patios azules» y elige el lugar como escenario de las Fiestas Modernistas que se inaugurarán al año siguiente y se celebrarán sucesivamente en 1893, 1894, 1897 y 1898, convirtiendo la población en el centro modernista de Cataluña.

Aquí están algunos de sus mas famosos patios:





















viernes, 6 de diciembre de 2013

Esta no es mi Constitución



La Constitución Española de 1978 constituye una maniobra de primer orden. Se elabora y aprueba bajo el beneplácito de todas las fuerzas reformistas, que apenas si presentan oposición. De esta forma, acaba formulándose un sistema constitucional que niega el derecho a la autodeterminación de las naciones del Estado, perpetua el sistema capitalista, da plenos poderes al Ejército para intervenir cuando lo desee, cierra toda vía al socialismo, margina las lenguas de las naciones del Estado, posibilita la implantación de Estados de excepción...


En el Estado español no ha existido nunca ruptura con el franquismo, todos los derechos fundamentales de las personas son derechos concedidos al individuo por el Estado (por la clase en el poder) y no limitaciones impuestas al poder del Estado por los ciudadanos. Así, es el Estado quien defiende los límites de la libertad de expresión (lo que se puede decir y como se debe decir); es el Estado quien define los límites del derecho de asociación (quienes pueden asociarse, para que y en que condiciones) y son los aparatos del Estado: la policía, la judicatura, el sistema penitenciario, quienes se encargan de aplicar dicha constitución a los subditos de la corona para que no se excedan en la práctica de sus libertades.


A día de hoy, 41 años después, dicha constitución ha pasado de ser la "Carta Magna" a ser una autentica piltrafilla que no satisface a nadie ya y el Estado español, ha resultado ser un Estado fallido que no ha logrado que una mayoría vasca, ni una mayoría catalana, se sientan cómodas dentro de una Constitución represora. Los sucesivos Gobiernos españoles, tutelados por un Ejército tradicionalmente golpista, nunca han escatimado medios escolares, militares, policiales, judiciales y administrativos para sojuzgar las naciones incorporadas militarmente a su «unidad de destino en lo universal». Sin embargo se están viviendo cambios bruscos de régimen político, social y cultural y la Constitución pide a gritos una reforma urgente. El devenir histórico de nuestro pueblo dentro de España, cárcel de pueblos, esta tocando, pues, a su fin.

El preso 466/64, de terrorista a premio Nobel de la Paz



Hoy ha muerto Nelson Mandela, en su obituario todos los medios de comunicación del mundo dirán de él que fue un luchador contra el apartheid, un combatiente contra la injusticia y la discriminación, un férreo defensor de los derechos humanos y la democracia, un hombre de paz.


Sin embargo, es un dato objetivo que no admite discusión que el líder sudafricano Nelson Mandela dirigió entre 1960 y 1964 el brazo armado del Congreso Nacional Africano (CNA), denominado "Lanza de la Nación" organización que llevó a cabo casi 200 acciones armadas (muchas de ellos con bomba) como parte de su lucha armada contra un gobierno "legal y democráticamente constituido" que practicaba una intensa política de segregación racial.


No puede rebatirse que en aquellos tiempos Mandela era considerado terrorista por la ONU, que ni siquiera Aministía Internacional se opuso a su encarcelamiento y que en julio de este año se cumplieron cinco años de la retirada de su nombre del listado de terroristas internacionales elaborado por el gobierno de Estados Unidos.


Es demostrable que en su momento el entonces presidente de Sudáfrica ofreció varias veces a Mandela la libertad condicional si se comprometía a renunciar a la violencia, y este siempre rehusó el ofrecimiento. Tampoco conocemos ninguna declaración del ex-preso 466/64 arrepintiéndose de haber esgrimido las armas para la consecución de sus objetivos políticos.


Aun así, este carismático presidente no solo obtuvo el Premio Nobel de la Paz en 1993, sino que en estos últimos meses de su vida se le ha homenajeado como a un estadista modélico y como a un héroe del progreso, de la justicia y de las libertades.


Por todo ello me hago unas preguntas que no quieren ser capciosas. ¿Se puede o no emplear la violencia para defender ideales políticos que se consideran legítimos? ¿Quién decide cuándo se es un guerrillero contra un régimen opresor y cuando un "vulgar terrorista"?


Yo tengo bien claras las respuestas, pero igual a hay quienes les hace pensar eso de que quienes ayer fueron considerados terroristas, hoy sean considerados hombres de paz y les hace ver que nunca se debe dejar de luchar contra las injusticias aunque sea con las armas en la mano.