viernes, 6 de diciembre de 2013

El preso 466/64, de terrorista a premio Nobel de la Paz



Hoy ha muerto Nelson Mandela, en su obituario todos los medios de comunicación del mundo dirán de él que fue un luchador contra el apartheid, un combatiente contra la injusticia y la discriminación, un férreo defensor de los derechos humanos y la democracia, un hombre de paz.


Sin embargo, es un dato objetivo que no admite discusión que el líder sudafricano Nelson Mandela dirigió entre 1960 y 1964 el brazo armado del Congreso Nacional Africano (CNA), denominado "Lanza de la Nación" organización que llevó a cabo casi 200 acciones armadas (muchas de ellos con bomba) como parte de su lucha armada contra un gobierno "legal y democráticamente constituido" que practicaba una intensa política de segregación racial.


No puede rebatirse que en aquellos tiempos Mandela era considerado terrorista por la ONU, que ni siquiera Aministía Internacional se opuso a su encarcelamiento y que en julio de este año se cumplieron cinco años de la retirada de su nombre del listado de terroristas internacionales elaborado por el gobierno de Estados Unidos.


Es demostrable que en su momento el entonces presidente de Sudáfrica ofreció varias veces a Mandela la libertad condicional si se comprometía a renunciar a la violencia, y este siempre rehusó el ofrecimiento. Tampoco conocemos ninguna declaración del ex-preso 466/64 arrepintiéndose de haber esgrimido las armas para la consecución de sus objetivos políticos.


Aun así, este carismático presidente no solo obtuvo el Premio Nobel de la Paz en 1993, sino que en estos últimos meses de su vida se le ha homenajeado como a un estadista modélico y como a un héroe del progreso, de la justicia y de las libertades.


Por todo ello me hago unas preguntas que no quieren ser capciosas. ¿Se puede o no emplear la violencia para defender ideales políticos que se consideran legítimos? ¿Quién decide cuándo se es un guerrillero contra un régimen opresor y cuando un "vulgar terrorista"?


Yo tengo bien claras las respuestas, pero igual a hay quienes les hace pensar eso de que quienes ayer fueron considerados terroristas, hoy sean considerados hombres de paz y les hace ver que nunca se debe dejar de luchar contra las injusticias aunque sea con las armas en la mano.


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