Hoy 30 de abril se conmemora el aniversario de la victoria soviética sobre la Alemania nazi. La imagen del izamiento de la bandera soviética sobre el el Reichstag es una de las imágenes mas importante del Siglo XX pues es el símbolo del fin del conflicto mas sangriento de la historia de la humanidad.
La prensa y los historiadores burgueses nos hablan de la Segunda Guerra Mundial como si ésta y todas las guerras, surgieran de forma espontánea. Tratan de eludir la responsabilidad que tuvo el capitalismo en el desencadenamiento de ella, que costó la vida a cerca de 60 millones de personas; y ocultan el aporte decisivo de la URSS en la derrota del fascismo.
Hitler no subió por sus propio medios al poder. El capitalismo alemán e internacional subsidiaron al Partido Nazi y financiaron la campaña electoral de Hitler: lo auparon al poder. Las potencias imperialistas, pasando por encima del Tratado de Versalles, permitieron el rearme alemán. Inglaterra y Francia entregaron a Hitler en 1938 primero Austria, y en la conferencia de Múnich, Checoslovaquia. A los países imperialistas les unía el anticomunismo y por tanto su intención era aniquilar al único país socialista: la Unión Soviética. Inglaterra, Francia y Estados Unidos querían que esta misión la cumpliese la Alemania nazi.
Nada más producirse la agresión alemana a la URSS, el gobierno soviético encabezado por Stalin no dudo en entregar armas al pueblo, en las fábricas y en el campo y fue la URSS con su Ejército Rojo quien aportó un sacrificio incomparablemente superior al realizado por los países aliados en la contienda, salvando así a la humanidad del fascismo, al precio de veinte millones de vidas. De éstas, más de la mitad fueron asesinadas en campos de exterminio, y más de cuatro millones de comunistas militantes soviéticos inmolaron su vida en defensa de la patria socialista.
La burguesía nos oculta que las dos guerras mundiales del siglo XX han sido obra del imperialismo, así como la guerra del Vietnam, la de Irak, la de Siria y la invasión de Afganistán y de Libia por la OTAN brazo armado del capitalismo, que no puede vivir sin guerras como bien demuestra la actual guerra de Ucrania.