Para empezar bien el año cárgate de energía abrazando a un árbol.
La costumbre de abrazar un árbol tiene algo mágico, de comunión con la naturaleza. Se remonta a la noche de los tiempos y está vinculada a los beneficios que puede proporcionarnos interactuar con el entorno verde.
En este sentido, abrazar un árbol es una bonita y beneficiosa manera de finalizar un paseo por el campo o, por qué no, de iniciarlo. Cualquier momento es "el momento", ese instante perfecto para rodear un árbol con nuestros brazos.
Se dice que estar cerca de los árboles y abrazarlos ayuda a tratar problemas como la depresión y además logra mejorar la concentración y reducir el estrés.
Eso demuestra que la naturaleza tiene mucho más que ofrecer que lo que vemos a primera vista, lamentablemente como especie la estamos destruyendo por completo, gran muestra de ello son los incendios que tenemos todos los veranos y que ya se han cobrado incontables vidas humanas, animales y si, también se ha cobrado la vida de muchos árboles.
Amalurra defenda dezagun!
Argazkiak: Joseba Barrenetxea
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