miércoles, 27 de junio de 2018

El día en que se desató el motín del acorazado Potemkin


El 27 de junio de 1905 ocurrió el famoso motín del acorazado Potemkin (buque de guerra de gran tonelaje) de la Flota del Mar Negro de la Armada Imperial Rusa. El buque se hizo famoso por la sublevación de su tripulación contra sus opresivos oficiales.


La chispa que hizo estallar el motín fue iniciada por el infante de marina Ippolit Guiliarovsky, quien amenazó con tomar represalias contra varios miembros de la tripulación que se negaban a comer carne parcialmente podrida e infestada de gusanos, traída por el buque torpedero Ismaíl. 


Al parecer Guiliarovsky reunió a dichos marineros en una zona en cuyo suelo se había extendido una lona impermeable, y donde esperaban varios infantes de marina armados. Los marineros asumieron que iba a celebrarse una ejecución en grupo y se abalanzaron sobre los infantes desencadenando así el conflicto armado entre de oficiales y marinos de guerra. 


El Potemkin llegó al puerto de Odesa ondeando una bandera roja. La ciudad estaba detenida por una huelga general y la llegada del buque de guerra fue celebrada por los huelguista. Fue así como 12 años antes de la revolución, los rusos veían por primera vez una nave de la flota con una bandera roja en su mástil mayor.


En medio de la huelga y ante la llegada de tropas zaristas, el Potemkin realizó un par de disparos de sus cañones contra edificios militares y luego dejó el puerto.  La tripulación efectuó varios llamados a diferentes países para se sumaran a su cruzada contra del régimen zarista, pero no recibió apoyo. 


Desesperados ante la falta de provisiones y combustible, intentaron recalar en puertos rumanos y rusos, pero fueron repelidos. Ya sin más opciones, los marinos enfilaron a Rumania, donde entregaron la nave, que luego los rumanos devolverían a Rusia. De los marinos sublevados, la mayoría permaneció en Rumania, mientras que los que decidieron regresar a Rusia, fueron capturados y fusilados.


Al final, el motín de Potemkin no tuvo consecuencias mayores, pero tras el triunfo de la revolución bolchevique, el hecho se transformó en un ícono para la formación de la Unión Soviética. Años después, en 1925, el célebre director soviético Serguéi Eisenstein inmortalizó el motín en el film "El Acorazado Potemkin cuya secuencia principal “Las escaleras de Odessa” es mítica en la historia del cine"


jueves, 7 de junio de 2018

Txabi Etxebarrieta a 50 años de su caída en combate



Txabi Etxebarrieta nació en Bilbo el 14 de octubre de 1944, en el seno de una familia procedente de Ipazter y Lekeitio, por parte paterna, y del Valle de Aiara en Araba, por parte materna. Era el tercero de cuatro hermanos y en su infancia atravesó una terrible bronquitis cuyas secuelas, con ataques periódicos de asma y fiebre, sufrió y condicionó toda su vida. 

En 1962 ingresó en la Facultad de Ciencias Económicas licenciándose cinco años más tarde y especializándose en Informática. En 1967, Txabi presidió la V Asamblea de ETA, por elección casi unánime de sus miembros. Al término de su segunda parte fue elegido miembro del Comité Central y del Comité Ejecutivo de la organización armada. Había sido en esta Asamblea donde se dieron los primeros pasos cara a la elaboración de una Teoría Revolucionaria de ETA, en la que, entre otras aportaciones, Txabi Etxebarrieta acuñó el término Pueblo Trabajador Vasco (PTV).

El 7 de junio de 1968, Txabi murió por dos disparos de un guardia civil que le tenía retenido en un control en el barrio tolosarra de Olarrain. Horas antes Txabi Etxebarrieta e Iñaki Sarasketa se habían saltado un control a la altura de Aduna matando al agente Pardines. Txabi tenía 23 años e Iñaki 19. Fue el primer militante de ETA que ejecutó y el primero en morir asesinado. 


Para los suyos, Txabi Etxebarrieta fue un líder nato. Incluido para su hermano mayor, José Antonio, de cuya mano hizo toda su carrera política. El abogado escribió a su muerte que «su ausencia es un vacío que, sin vergüenza, sólo podemos llorar. Ciertamente -a pesar de sus aparentes pocos años- Txabi era un líder, y, lo que es más, era un líder simpático. No por cálculo o por querer hacerse agradable. Txabi era simpático porque era profunda, intensamente humano». 

A raíz de su muerte, el escultor Jorge Oteiza no ocultaría su conmoción por los hechos de Tolosa: «Sacrificado en Benta Haundi, el primero de nuestra última Resistencia», escribió. «Con la foto del periódico en las manos, lo veía nublado, diferente, no podía entender que lo habíamos perdido para siempre, que lo habíamos perdido todos. Cuando suba a Arantzazu el 1 de noviembre, tengo decidido que pondré en lo alto, en el regazo de la Madre, al Hijo muerto, mirando al cielo, gritando, hablando, no lo sé...».

Txabi Etxebarrieta es símbolo de toda una época histórica: los años sesenta y el nacionalismo revolucionario de ETA. Muerto a los 23 años, después de una corta pero intensa búsqueda de un sentido político para sus inquietudes, Txabi representa el paso gigantesco de toda una generación en este país. Etxebarrieta no solo se identificó con los ideales del independentismo vasco, enriquecidos con la doctrina de la nueva izquierda europea, sino que dio ejemplo y fe personal de ellos, llevando a la práctica militante la fuerza del compromiso y la entrega por la causa elegida.


Fuente: Archivos históricos del MLNV, Gara y Jose Mª Lorenzo Espinosa