jueves, 17 de mayo de 2018

Franja de Gaza: la cárcel al aire libre con la mayor densidad de población del mundo



Gaza es uno de los lugares con mayor densidad de población sobre el planeta. Casi dos millones de palestinos viven bajo el horror de un asedio israelí casi permanente que la convierte en la prisión a cielo abierto mas grande del mundo. Es un enorme guetto, con sólo cuarenta y tres kilómetros de largo y diez de ancho. La mayoría de sus habitantes son refugiados que han vivido en campos desde que fueron expulsados de Israel en 1948. Desde la segunda Intifada palestina, que comenzó en septiembre de 2000, ninguno de los cuarenta mil trabajadores de Gaza ha podido cruzar la frontera con Israel.


En Gaza, las cifras son impactantes: de los 1,8 millones de ciudadanos que se cuentan en la población total, casi un millón son niños. Cuatro de cada cinco familias no tienen una fuente de ingresos estable y siete de cada diez personas dependen de la asistencia humanitaria. Aislados del resto del mundo, los habitantes de Gaza tienen carencias de todo tipo: electricidad, agua, medicamentos y empleo. Sin embargo, lo que más necesitan es la esperanza de un mañana mejor.


La enumeración de acciones criminales por los Estados a lo largo de la Historia sería interminable, pero de entre todos, por su sadismo, reiteración, impunidad, maldad y desproporcionalidad, el Estado criminal de Israel es, sin duda ninguna, el que se lleva la palma del desprecio y condena más contumaz por parte de cualquiera que tenga un mínimo de sensatez y de sangre en las venas.


Israel es el único Estado del mundo que, incumpliendo la Resolución 242 de la ONU, no ha fijado sus límites fronterizos para legitimar así el robo constante de sus tierras a los palestinos a través de despiadadas y criminales “colonizaciones”, aun hoy en día, los sionistas siguen diciendo que la frontera de Israel está donde se encuentra el último kibutz y de hecho su superficie sigue creciendo y con cada nueva guerra contra sus vecinos árabes, Israel prosigue con esta lógica implacable: ocupar militarmente el espacio, desalojar por medio de la violencia a sus pobladores e, inmediatamente, anexionar el territorio al Estado para asentar nuevos colonos judíos.


Aunque los Estados cuentan siempre con la impunidad de sus desmanes, lo de Israel supera todos los límites por el descaro, prepotencia y desprecio con el que se muestran, sin el menor escrúpulo, ante la comunidad internacional, asesinando a discreción a civiles de cualquier condición, bombardeando hospitales, amenazando y asesinando periodistas y activistas de ONG como la Cruz o la Media Luna Roja, entre otras muchas y, sometiendo, desde hace ya doce años, al escaso territorio que todavía no le han robado al pueblo palestino a un bloqueo que repudia una conciencia mínimamente sana.


miércoles, 9 de mayo de 2018

9 de mayo: Hay que continuar la lucha contra la tiranía


"Attero Dominatus" del latín "Destruir a la tiranía", es una canción en inglés de la banda sueca "Sabaton" que relata el asalto final a Berlín por el ejército vencedor de la Segunda Guerra Mundial contra el fascismo, el Ejército Rojo. En el video se utilizan imágenes de la película soviética "Osvobozhdenie" ó "Liberación" (1970-1972), concretamente del episodio "La Batalla de Berlín".



Con motivo de la celebración del Día de la Victoria contra el Fascismo, el 9 de mayo, la canción nos debe servir para recordar que aquel día de 1945 no se logró, sin embargo, desinfectar del todo el mundo de este virus criminal porque, como nos recuerdan los poemas de Bertolt Brecht, para acabar con el fascismo es necesario terminar también con el capitalismo. Lamentablemente, aquella epidemia hoy sigue extendiéndose por el mundo.. 


La proclama que da nombre a esta canción que celebra el triunfo del comunismo frente a a la pseudodemocracia burguesa y al fascismo, las dos caras de la misma bestia criminal, ha de continuar como base para las nuevas generaciones (y también para los más veteranos) de la alerta contra el renacimiento y fortalecimiento en nuestros tiempos, sobre todo en la Unión Europea y Estados Unidos, pero también en el resto de potencias capitalistas del mundo, de la barbarie y los enemigos de la humanidad. 


El camino nos lo marcaron aquellos héroes, pero nosotros y nuestros hijos tenemos que continuar enarbolando la bandera roja que representa un mundo sin explotación, un mundo verdaderamente libre, hasta acabar de forma definitiva con la injusticia, la tiranía y el terror que la oligarquía, las multinacionales y todos aquellos que viven del trabajo de otros y del saqueo de los recursos ajenos representan.