Txabi Etxebarrieta nació en Bilbo el 14 de octubre de 1944, en el seno de una familia procedente de Ipazter y Lekeitio, por parte paterna, y del Valle de Aiara en Araba, por parte materna. Era el tercero de cuatro hermanos y en su infancia atravesó una terrible bronquitis cuyas secuelas, con ataques periódicos de asma y fiebre, sufrió y condicionó toda su vida.
En 1962 ingresó en la Facultad de Ciencias Económicas licenciándose cinco años más tarde y especializándose en Informática. En 1967, Txabi presidió la V Asamblea de ETA, por elección casi unánime de sus miembros. Al término de su segunda parte fue elegido miembro del Comité Central y del Comité Ejecutivo de la organización armada. Había sido en esta Asamblea donde se dieron los primeros pasos cara a la elaboración de una Teoría Revolucionaria de ETA, en la que, entre otras aportaciones, Txabi Etxebarrieta acuñó el término Pueblo Trabajador Vasco (PTV).
El 7 de junio de 1968, Txabi murió por dos disparos de un guardia civil que le tenía retenido en un control en el barrio tolosarra de Olarrain. Horas antes Txabi Etxebarrieta e Iñaki Sarasketa se habían saltado un control a la altura de Aduna matando al agente Pardines. Txabi tenía 23 años e Iñaki 19. Fue el primer militante de ETA que ejecutó y el primero en morir asesinado.
Para los suyos, Txabi Etxebarrieta fue un líder nato. Incluido para su hermano mayor, José Antonio, de cuya mano hizo toda su carrera política. El abogado escribió a su muerte que «su ausencia es un vacío que, sin vergüenza, sólo podemos llorar. Ciertamente -a pesar de sus aparentes pocos años- Txabi era un líder, y, lo que es más, era un líder simpático. No por cálculo o por querer hacerse agradable. Txabi era simpático porque era profunda, intensamente humano».
A raíz de su muerte, el escultor Jorge Oteiza no ocultaría su conmoción por los hechos de Tolosa: «Sacrificado en Benta Haundi, el primero de nuestra última Resistencia», escribió. «Con la foto del periódico en las manos, lo veía nublado, diferente, no podía entender que lo habíamos perdido para siempre, que lo habíamos perdido todos. Cuando suba a Arantzazu el 1 de noviembre, tengo decidido que pondré en lo alto, en el regazo de la Madre, al Hijo muerto, mirando al cielo, gritando, hablando, no lo sé...».
Txabi Etxebarrieta es símbolo de toda una época histórica: los años sesenta y el nacionalismo revolucionario de ETA. Muerto a los 23 años, después de una corta pero intensa búsqueda de un sentido político para sus inquietudes, Txabi representa el paso gigantesco de toda una generación en este país. Etxebarrieta no solo se identificó con los ideales del independentismo vasco, enriquecidos con la doctrina de la nueva izquierda europea, sino que dio ejemplo y fe personal de ellos, llevando a la práctica militante la fuerza del compromiso y la entrega por la causa elegida.
Fuente: Archivos históricos del MLNV, Gara y Jose Mª Lorenzo Espinosa
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