sábado, 18 de julio de 2020

Golpe de Estado del 18 de julio en Barakaldo






Resuenan sirenas desde la megafoní­a colocada para las fiestas del Carmen. Una voz explica que los militares se han sublevado contra el pueblo soberano y que el gobierno republicano lo tiene todo bajo control. Aun así­, la prueba ciclista que se tení­a que celebrar ese mismo dí­a se suspende. Los bailes de la plaza de abajo, también se suspende. La actuación del germano Don Taiman queda también suspendida, más tarde, este muchacho se convertirá en uno de los pilotos que defenderán Bilbo Handia. Todo esto ocurrió el 18 de julio de 1936, hace 76 años.

Los jóvenes corrí­an por el pueblo para alistarse. Camionetas llenas de muchachos partí­an hacia el frente pertrechados con escopetas de caza, aperos de labranza o con simples palos. Eso sí­, el dí­a 20 de julio partieron los primeros voluntarios al frente, sin armas pero con el buzo oficial de guerra. La hermana de uno de esos jóvenes todaví­a recuerda como su hermano partió hacia el frente los primeros dí­as de guerra con una novela del Oeste en una mano y las llaves del portal en la otra. Este muchacho sólo volvió después del bombardeo de Gernika, habí­a perdido tanto la novela como las llaves, así­ como su inocencia. Entró en casa y durmió durante casi tres dí­as seguidos. Tras el descanso volvió al frente para nunca más volver.

La junta de defensa logró organizar la defensa local con 150 guardias voluntarios de los distintos partidos polí­ticos y sindicatos del pueblo. ANV 10, PSOE 19, Izquierda Republicana 3, CNT 24, SOV 14, ANV Autónoma 18, PC 8, Casa del Pueblo 33, PNV 17 Y Acción Republicana 6. En total 150 guardias que generaron una fuerte polémica con Bilbao, que sólo disponí­a de permiso para tener 100 guardias. La diferencia del número de guardias reside en que Barakaldo tení­a en aquel momento un área mayor que el de Bilbao.

Con respecto a los guardias decir que estos hací­an distintos turnos de vigilancia y que los que primero hací­an el turno tení­an que dejar el arma a los que hací­an el segundo turno de vigilancia. Pero al final las armas fueron requisadas para ser enviadas al frente. Ante esta causalidad, el Ayuntamiento decidió requisar todas las armas del pueblo, aunque fueran para cazar. Aún así­, el 4 de septiembre se habló en la junta de defensa el problema de la vigilancia de San Vicente. Durante el dí­a se hací­an tres turnos de vigilancia con 12 guardias cada uno, pero por la noche se hací­a un único turno de seis guardias. Otra queja fue que en la zona de Alonsotegi no habí­a guardias que vigilaran la zona.

De este modo comenzó la Guerra Civil en Barakaldo. Esta historia es prácticamente desconocida.

Fuente: Ezagutu Barakaldo, texto de Koldobika López Grandoso

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