miércoles, 6 de marzo de 2019

Las Sirgueras / Zirgariak


A finales del siglo XIX una de las realidades más duras de la zona portuaria de Bilbao era el trabajo de las mujeres que trabajaban como sirgueras. La sirga era una labor imprescindible ya que los buques de cierto calado no podían pasar de la zona costera de Olabeaga, por lo que era preciso trasladar las mercancías en gabarras hasta Bilbao.

Quienes se encargaban de arrastrar en hilera las gabarras mediante unas maromas que llevaban ceñidas al cuerpo con un tirante eran las sirgueras, esposas de soldados que combatían en la guerra carlista y que para poder sacar la familia adelante no les quedó otro remedio que arrastrar embarcaciones. Desde el Abra hasta el Arenal bilbaino se las podía ver ejerciendo esta labor más propia de bestias de carga que de personas.

Las condiciones laborales eran precarias, no estaban amparadas por ningún sindicato y no disfrutaban de ningún derecho; al contrario que los hombres que desempeñaban tareas de cargadores en los muelles que sí contaban con una reglamentación. Además de cobrar poco en condiciones extremas y penosas debían aguantar descalificativos como “Ganapanes” o “Mozas de cordel”.

En toda la prensa bilbaina, del signo que fuera, se clamaba en contra de este trabajo. En 1879 salió publicado el accidente de una sirguera que hubo de ser atendida por un gabarrero, un herrero y la familia de éste mientras que sus contratadores se desentendieron del incidente. La situación de las sirgueras era tan penosa que en su especial por el 1º de Mayo, el rotativo "La Lucha de Clases" dedicó un artículo a estas mujeres. Para muestra el siguiente retrato que de ellas se hacía: pelo enmarañado y sucia la cara y las manos y hasta las pantorrillas, mal cubiertas por los jirones del pingo con pretensiones de falda que llevan pendiente de la cintura. Muchas carecen de domicilio. Comen donde y lo que pueden. Dormir… allá en un tugurio de los barrios altos. ¿Ropas? Se acuestan vestidas.

Fuente: Euskonews


No hay comentarios:

Publicar un comentario