El 11 de noviembre de 1926, se estableció la U.S. Route 66, también conocida como Route 66, la calle principal de América, la carretera madre, la ruta de la huida...
Cuando se diseñó la carretera, alrededor de 22 millones de automóviles y motocicletas surcaban los caminos en Estados Unidos y la fe en el progreso dominaba el país. Pero el crack bursátil llegó, la bolsa de Nueva York se hundió, los financieros se arrojaban por las ventanas de los rascacielos y los planes de prosperidad se retorcieron.
Al bache financiero desatado en 1929 se le unió una sequía que barrió las tierras y secó todo cuanto tocaba. Las tormentas de polvo de los años treinta, conocidas como The Dust Bowl (cuenca del polvo), agudizaron las trampas a los agricultores. Ya no eran sólo las deudas con los bancos las que expulsaban a la gente a los bordes de la carretera y a campamentos, sino unos suelos agotados cuyos rendimientos, con las técnicas utilizadas, hicieron inviable los negocios familiares. El clima, la depresión económica y la voracidad de los bancos sacaron a cerca de tres millones de personas de sus granjas.
Millones de hectáreas de tierra laborable fueron inutilizadas, y cientos de miles de personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares de toda la vida. Se fueron por la Ruta 66 hacia la tierra prometida: California. Cientos de miles de familias viajaron por esa ruta solitaria durante los años treinta. Paralelo a ésta situación, en el Oeste los propietarios de las empresas agrícolas hicieron correr la voz de que en sus tierras había trabajo y buena remuneración y repartieron millares de volantes anunciándolo. Pero era un engaño. Lo que buscaban era atraer la mayor cantidad de gente posible para abaratar los salarios.
Esa realidad la desconocían las miles de familias que salían a la carretera rumbo al Oeste a bordo de destartaladas camionetas, cargando con todo lo que podían de su destruido hogar. A medida que avanzaban por la 66 a su destino en California, iban conociendo historias desesperanzadoras que aguaban sus sueños de prosperidad, pero por increíble que parezca, seguían adelante con la idea que con ellos la suerte iba a ser distinta. Y los volantes, sin ningún tipo de compasión, se seguían repartiendo por Oklahoma, Kansas, Missuri y demás estados por los que atravesaba la Ruta 66.
-¿A cuánto está la próxima ciudad?
-Ayer vi pasar cuarenta y dos coches como el suyo. ¿De dónde salen todos ustedes? ¿A dónde van?
(Novela “Las Uvas de la Ira”)
En los 40’s, cuando los Estados Unidos entraron en la Segunda Guerra Mundial, la 66 fue la ruta de traslado de las tropas y material bélico. En los 50’s, fue el camino preferido por quienes iban a pasar el verano a la ciudad de Los Angeles. En los 60’s sirvió para los viajes mágicos y misteriosos de los hippies, que convirtieron el hecho de viajar en un fin en sí mismo.
La Ruta 66 fue retirada de la Red de Carreteras de los Estados Unidos cuando concluyeron las obras de la Autopista Interestatal 40 (I-40) en 1985, afectando la red de comercios y servicios que por 60 años se asentaron a lo largo de su recorrido. Del mismo modo, el cierre de la 66 provocó que muchos pueblos cayeran prácticamente en el olvido. A partir de los 90’s se han formado una serie de asociaciones que tienen el propósito de preservar los tramos que aún quedan de la mítica ruta y los han convertido en puntos de atracción turística, desarrollándose actividades que benefician también a los pueblos por donde pasó. Actualmente se le denomina Histórica Ruta 66.
Fuente: Una para el Sunset
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