sábado, 4 de junio de 2016

La Gamazada y el monumento a los Fueros de Navarra


A finales del siglo XIX, cuando las heridas de la última Guerra Carlista y de la completa abolición foral estaban frescas en la memoria de los vascos peninsulares, el Gobierno del Reino de España quiso dar una vuelta más de tuerca al control de España sobre estos territorios vascos. Corría mayo del año 1893 cuando el ministro de Hacienda, Germán Gamazo, presentó el proyecto de presupuestos generales, en los que en uno de sus artículos se establecía la armonización fiscal de Navarra, igualándola al resto de las provincias españolas. Pronto la noticia corrió como la pólvora, provocando un rechazo unánime en toda la sociedad navarra.

El descontento fue tan fuerte que muchos pueblos daban por rota la Ley Paccionada de 1841, proponiendo volver al pacto de 1512, siendo el incidente más grave la sublevación en el Fuerte de Puente la Reina que fracasó al carecer de apoyo necesario. Dentro de esa espontaneidad se decidió convocar una manifestación para el 4 de Junio bajo el lema “Paz y Fueros”, organizándola el alcalde de Pamplona, don Alberto Larrondo. Todos los periódicos navarros se hicieron eco del llamamiento, y sus páginas se llenaron de encendidos artículos en defensa de la foralidad. La respuesta del pueblo navarro fue espectacular, y se calcula que unos 15.000 ciudadanos se reunieron en Pamplona. A dicha protesta se le llamo Gamazada y fue noticia en todo el Estado, recibiendo apoyos desde el “Principado Catalán, América, Galicia, y de las Provincias Vascongadas”, tildadas en la época de “hermanas”.


El siguiente paso fue exponer a la reina regente los motivos del descontento general, así como un libro con 125.000 firmas de navarros que apoyaban la causa, cifra ésta inmensa ya que la población de Navarra rondaba en esa época las 300.000 personas. Don Javier Los Arcos, líder de la representación Navarra en Cortes, fue el responsable de la entrega del documento. Al mismo tiempo en Pamplona se tomó la decisión de conmemorar la protesta con la construcción de un monumento que recordara la movilización de aquellos días.

En 1903, por suscripción popular y sin que tuviera una inauguración oficial por parte de las autoridades navarras, se alzó frente al palacio de la Diputación de Navarra el Monumento a los Fueros. No fueron nacionalistas vascos los que redactaron las placas recogen en el mismo la voluntad de los navarros al erigirlo. Fueron los navarros de principios del siglo XX, de toda ideología y condición, los que lo hicieron.

En él se recoge el sentimiento de pertenencia de los navarros. Un sentimiento que ha sido combatido desde entonces y parece que común cierto éxito por los navarros que gobiernan navarra desde la invasión castellano-aragonesa del XVI y por el Gobierno de España que tiene como objetivo principal a lo largo de su historia hacer un estado homogéneo y sin fisuras.

Sin duda Navarra, al igual que el resto de territorios vascos peninsulares fueron, son y serán un serio obstáculo para la creación de esa nueva realidad que quiere existir a costa de acabar con otras realidades con mas de mil años de historia. Qué opción triunfará en esta pugna sólo depende de una cosa: de la capacidad de los vascos de saber quiénes son y de donde vienen. Bueno y de otra más, de la capacidad de los vascos de permanecer unidos.

Los textos de las placas son claros como la luz del sol:

1.- “Se erigió este monumento para simbolizar la unión de los navarros en la defensa de sus libertades, libertades aún mas dignas de amor que la propia vida”.
2.- “La incorporación de Navarra a la Corona de Castilla fue por vía de la unión principal, reteniendo cada reino su naturaleza antigua, así en leyes como en territorio y gobierno”.
3.- “Juraban nuestros reyes guardar y hacer guardar los fueros sin quebrantamiento alguno, mejorándolos siempre y nunca empeorándolos, y que toda transgresión a este juramento sería nula, de ninguna eficacia y valor”.
4.- “GU GAURKO EUSKALDUNOK GURE AITASOEN ILLEZKORREN OROIPENEAN, BILDU GERA EMEN GURE LEGEA GORDE NAI DEGULA ERAKUSTEKO”
Traducción al castellano: “Nosotros, los vascos de hoy, nos hemos reunido aquí en inmortal recuerdo de nuestros antepasados, para demostrar que queremos seguir manteniendo nuestra ley”
5.- “GU EUSKALDUNOK BESTE JAUN EZTEGU JAUNGOIKOA BAIZIK, ATZEKOARI OSTATUA EMATEN DEGU ONIRIZKERO BAINO EZTEGU NAI AIEN UZTARRIA JAZAN. ADITU EZAZUE ONDO, GURE SEMEAK”.
Traducción al castellano: “Nosotros los vascos, no tenemos más señor que Dios. Al extranjero le damos acogedora hospitalidad, pero no queremos soportar su yugo. Oidlo bien, hijos nuestros”.

Ese es el "Espíritu de Navarra, escrito por los navarros". El Monumento a los Fueros en un lugar que debería ser visitado con cierta frecuencia por todos los vascos, para que no se nos olvide quienes somos y qué creían, y por que lucharon nuestros abuelos.

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