De la costa al monte… Casi desde el nivel del mar, desde el valle bizkaino de Trápaga se nos presenta el monte de forma brusca....
Apenas a una veintena de kilómetros de Bilbao, se encuentra el paraje de La Arboleda, en plenos Montes de Triano. Testimonio y protagonista excepcional del pasado minero de la zona, buena parte del desarrollo industrial comenzó a forjarse en sus explotaciones de hierro. Mucho de lo que es hoy Bilbao es gracias al trabajo y esfuerzo de miles de mineros que desde la segunda mitad del siglo XIX trabajaron en las explotaciones mineras de hierro a cielo abierto que existieron en los montes de Triano, conocidos como los montes de hematites más maravillosos de Europa.
De entre todos los pueblos mineros, La Arboleda, en el municipio de Trapagaran, es quizás el principal y más conocido de todos los que existieron en la zona. Fue fundado en 1877 para albergar a los obreros que procedentes de todos los rincones de la Península Ibérica llegaron a trabajar a las minas
Tras la 2ª Guerra Carlista y con la abolición de los fueros se pudo exportar mineral de hierro, (exportación antes prohibida por el fuero), y lo que fue decisivo, personas con dinero pudieron comprar y apropiarse de los terrenos que antes fueron comunales. Así sucedió que los riquísimos yacimientos de mineral de hierro de los montes de Triano que antes eran propiedad colectiva de los vecinos de la villa de Portugalete fueron comprados a la villa por Juan María de Ybarra que se convirtió en un oligarca.
Fueron años duros, en los que hombres, mujeres y niños trabajaron en condiciones extremas, vivieron hacinados en barracones o diminutas casas, y las enfermedades y muertes estaban a la orden del día, de hecho, en algún momento la esperanza de vida fue de tan solo 18 años. La pésima calidad de vida y las desfavorables condiciones de trabajo facilitaron la creación de diversos movimientos sindicales, convirtiéndose en un verdadero centro de lucha obrera, con huelgas a veces largas y sangrientas. Anarquistas, socialistas y comunistas lucharon por conseguir mejores condiciones de trabajo.
En los años cincuenta del siglo XX, las vetas estaban prácticamente agotadas, y en 1963 cesó la exportación del mineral de hierro......
Un paseo por La Arboleda es retroceder unos años en el tiempo. No por los mineros, que ya no existen, sino por sus casas en hilera de una o dos alturas separadas por callejones estrechos, su plaza en cuesta, la iglesia, las tabernas..etc pero sobre todo por el paisaje transformado por el duro trabajo de los mineros.
Las antiguas minas, cuyas explotaciones eran al aire, son ahora embalses artificiales rodeados de un entorno verde que se ha transformado en espacio de ocio y esparcimiento. Donde antes había trabajo sacrificado y condiciones de vida muy duras, hoy podemos ver un parque maravilloso, el “Meatzalde Goikoa Parkea”, convertido en museo al aire libre donde se exponen esculturas de artistas vascos de renombre.
Fuente: Bilbao Greeters
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