lunes, 24 de diciembre de 2012

El humor anticristiano de la época soviética

En vísperas de la Navidad de 1923 en Moscú se organizó la llamada “Navidad Komsomoliana”, nombre referido a la Komsomol, la Unión de Juventudes Comunistas Leninistas. Se desarrolló en uno de los accesos a la Plaza Roja, donde está la capilla de la Virgen de Iberia. El propósito del acto era formar a la juventud en una ideología y moral políticamente correctas y ridiculizar el cristianismo arraigado en el pueblo ruso.

Una gran multitud acudió al “carnaval comunista” con disfraces de monjes y popes, representados del peor modo posible. La comparsa recorrió las principales calles de Moscú hacia la Plaza de la Revolución. En la cabeza de la marcha se leían pancartas con palabrotas y se llevaban grandes muñecos representando a diversos dioses (el egipcio Osiris, el babilonio Marduk, Alá, Buda e imágenes blasfemas de Dios, Jesucristo y la Virgen cristianos). También había gente disfrazada de rabinos, pastores protestantes, el lejano Papa de Roma e incluso un bonzo chino.


"Ave, Marx"
En el centro de la marcha, animaba la fiesta Andrey Shojin, llamado por la prensa el “pope komsomoliano”. Con grandes voces cantaba a Marx una especie de himno akathistós (popular himno mariano medieval bizantino). “¡Ave, Marx, gran taumaturgo!”, exclamaba.
Ante la capilla de la Virgen de Iberia los jóvenes comunistas encendieron una gran hoguera y quemaron los muñecos y símbolos religiosos mientras cantaba el coro del Komsomol:
“De un tirón bajaremos a tierra a todos los dioses,
Chillad, demonios, con más alegría,
A bailar la carmañola
Todos los dioses al carnaval,
El Komsomol, sin dios en lo alto, organiza su follón”
Los periódicos del día siguiente invitaban a sus lectores en primavera a festejar la “pascua komsomoliana” animando a traer silbatos y trompetas. El eslógan era: ”de un puñetazo sacar fuera idioteces milenarias y que sea con gran ruido”. 



Cristo se aguantó, aguantaos vosotros, se mofa este cartel de 1920



Poco después se derribó la capilla de la Virgen de Iberia, testimonio de los hechos. En el sitio de la capilla levantaron en 1929 una escultura de un obrero, en la diestra empuñaba un martillo y la izquierda se alzaba en saludo proletario.

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