miércoles, 23 de noviembre de 2016

El día que murió Euskalduna

El 23 de noviembre de 1984 es el símbolo de una tragedia, la del cierre del astillero Euskalduna, una fábrica que empleaba a 2.000 operarios y que construia barcos en el corazón de un Bilbao industrial, pintado de tonos grises y ocres, asomado a una ría que era el abrevadero de las fábricas y el desagüe de una ciudad de hierro y óxido, de pantalón de mahón y lucha obrera. 


Euskalduna, por su propia biografía, era el símbolo inequívoco de Bilbao y una bandera del nacionalismo vasco. El Bilbao del pasado siglo no se puede entender sin el eslabón del astillero y el de otras tantas industrias, colmenas del trabajo, cabezas tractoras de la economía vasca, que entró en coma en los áridos 80.

No ocurrió de la noche a la mañana. Se veía venir. Desde Europa se marcaba la capacidad de producción de los países, pero era el Estado el que decidía quiénes producían y quiénes no.  Si bien los gobernantes socialistas ponían el acento en que se trataba de una decisión económica, el empeño en desmantelar la fábrica tenía para muchos un tufo político. Eso alimentó la batalla de Euskalduna, un paisaje de trincheras, de obreros con tirachinas, cócteles molotov, mangueras a presión y de policías con gatillo fácil apostados en el puente de Deusto, una lengua de asfalto convertida en un peligroso desfiladero para los viandantes que tenían que atravesarlo.


Ese otoño se había ido intensificando progresivamente la lucha, sobre todo a partir del 10 de octubre día en que se confirmó oficialmente el inminente cierre de Euskalduna. La respuesta de los trabajadores no se hizo esperar, se ocupó el astillero haciendo barricadas de fuego en el puente de Deusto, quemándose varios autobuses. A partir de entonces comenzó lo que se conoció como "la batalla de Euskalduna" cuyos momentos mas algídos se dieron a mediados de noviembre siendo el día 19 el día que hasta la fecha hubo, hubo los enfrentamientos mas violentos. 

El día 20 de noviembre el capitan que dirigia las fuerzas policiales fue entrevistado por la prensa y declaro que la situación que se había vivido durante ese mes y pico en la factoría no era normal, que ellos habían estado en Sagunto y que allí los trabajadores no habían respondido con tanta contundencia y que esa situación tenía que acabar.

Ese mismo día 20 de noviembre el pediatra Santi Brouard, destacado miembro de Herri Batasuna, fue asesinado a tiros en su consulta de Bilbao por sicarios del GAL. La asamblea decidió suspender las movilizaciones que tenían previstas para ese día y participar en las movilizaciones convocadas en protesta por su muerte, así como en la Huelga General convocada al día siguiente. De inmediato hiceron una pancarta con el lema "Santi gogoan zaitugu" y la colgaron con una gran ikurriña con crespón negro en las ventanas del comedor junto al puente, para que estuviese bien visible a todo el que pasara por el, su repulsa al asesinato de Santi y el odio a sus asesinos. 


El 22 de noviembre la Euskal Herria peninsular se paralizó por completo en denuncia del asesinato del parlamentario Santi Brouard. Quizá como castigo ante el multitudinario apoyo a la huelga general, una de las compañías especiales de reserva de la Policía española, traída expresamente para reprimir las protestas por la muerte del dirigente abertzale, cargó al día siguiente con especial violencia contra los trabajadores de Euskalduna.

La madrugada del viernes 23 de noviembre amaneció mas fría y oscura que las anteriores. A las 6:30 de la madrugada la policía tenía la factoria tomada por todas partes, como de costumbre, pero... se les notaba inquietos, enfurecidos y en un número superior a los de los anteiores días. Por otra parte, los de los pañuelos rojos al cuello de los que estaban en el puente resultaban extraños. En las inmediaciones del Sagrado Corazón, el capitan Echeita (el chino), al reconocer a algunos tiragomeros les espetó: "si pensais que yo soy malo, esperad hoy a ver como os meten en cintura aquellos que están en el puente"


Efectivamente, la actuación policial del 23 de noviembre fue brutal. Los enfrentamientos se iniciaron a las 6:45 de la mañana, cuando los trabajadores entraron a los astilleros. En ese momento, la fuerza pública cargó contra los trabajadores sin que con anterioridad se hubiera producido ningún incidente y sin previo aviso. Una tanqueta de la policía derribó la caseta del guarda y parte de la valla de entrada a la factoría y asaltaron el astillero armados de pistolas, metralletas y subfusiles. Pablo González Larrazabal, obrero de 53 años que había comenzado a trabajar en Euskalduna con 16 años, sufrió un infarto cuando huía como el resto de trabajadores a refugiarse en los barcos del fuego real de pistolas y subfusiles disparado por la Policía española. Otro trabajador, Vicente Carril, resultó herido de bala. Otro obrero resultó con quemaduras graves en el 22% de su cuerpo por el estallido de un bote de humo y otros más resultaron heridos por golpes.

El fallecimiento de Pablo González Larrazábal se produjo poco después de intentar refugiarse en el interior de un buque en construcción. Para entonces ya había resultado herido Vicente Carril, alcanzado por una bala en un costado. Simultáneamente, decenas de policías, pertenecientes a la compañía número 11 de la reserva general, con base en Miranda de Ebro, asaltaron el edificio que alberga las sedes de las secciones sindicales, así como los comedores y biblioteca de la empresa. Los policías arrancaron de cuajo lavabos, inodoros, tuberías, y arrasaron cuanto encontraron a su paso, incluidos los libros de la biblioteca, que arrojaron al suelo, y las botellas guardadas en un almacén contiguo a los comedores. Las sedes sindicales resultaron seriamente dañadas, con excepción de la correspondiente a la UGT, en la que no llegaron a penetrar.


Del barco en construcción partieron gritos que advertían a la policía de que había una persona muy grave. Tras 20 minutos de tenso diálogo, durante los cuales la policía impidió su evacuación, por fin el oficial que mandaba el operativo dio orden de retirada. Una ambulancia pudo entonces acercarse y trasladar al trabajador al botiquín de la empresa. Un vehículo de la policía municipal le trasladó al hospital de Basurto, donde, tras un infructuoso intento de reanimación, sólo pudieron certificar el fallecimiento de Pablo González. Esa misma tarde, en protesta por los sucesos de la mañana, cerca de un millar de trabajadores de Euskalduna se manifestaron por el centro de Bilbao, colocando algunas barricadas. Un agente pretendió que los informadores gráficos que cubrían la manifestación retirasen una barricada que había sido colocada por los manifestantes. En un ambiente de gran tensión, los informadores se negaron a cumplir la orden.

Con el fallecimiento de Pablo González, las heridas de bala de Vicente Carril y el fuego que atrapó el cuerpo de Jesús Fernández Casado tras la desmedida intervención policial, los acontecimientos se precipitaron. Cada día era más difícil mantener una lucha que fue muy popular, pero que con el tiempo pasó a ser una lucha más cuestionada porque repercutía en el resto de la ciudad. Cortar el puente de Deusto, las broncas en el Sagrado Corazón, paralizaban Bilbao. La unión no se resquebrajó únicamente en los aledaños del astillero. Dentro se cruzaban los intereses que determinaban distintas fuerzas sindicales. Las asambleas eran cada vez tirantes y la oferta de Gobierno, que envió cartas a los trabajadores para que se acogieran a los Fondos de Formación, expiraba a finales de diciembre.


Frente a ese envite, y como última medida, se decidió un encierro con la intención de evitar goteras entre los trabajadores. El 3 de diciembre decidieron encerrarse en la factoría para mantener la cohesión. Todos los días se hacían asambleas, los familiares les visitaban, celebraron con ellos la cena de Nochebuena y la Navidad. El 28 de diciembre acabó todo. Hubo división y muchos firmaron las cartas para acceder a los Fondos de Formación y recolocaciones que ofrecía el Gobierno. Antes del nuevo año, Euskalduna fue pretérito y Bizkaia, su industria, arrancada a jirones en la peor crisis que se recuerda, un salto al vacío. 

Si bien no se consiguió que no se cerrara el astillero, se consiguieron cosas impensables, para muchos trabajadores aquella fue la pelea más intensa que conocieron y creen que mereció la pena, aunque todos coinciden en que el cierre de Euskalduna marcó la capitulación de la “lucha obrera de los setenta y ochenta. El cierre de Euskalduna marcó el final de una época”. 


viernes, 11 de noviembre de 2016

The Dust Bowl (la cuenca de polvo)

The Dust Bowl (la cuenca de polvo), fue un período de severas tormentas de polvo que causaron grandes daños a las tierras de las praderas norteamericanas y canadienses en la década de 1930.


Antes de que el hombre blanco llegara a esta zona, era una llanura cubierta de hierba que podía sobrevivir mucho tiempo sin lluvia. En 1885, llegaron los colonos, y poco a poco convirtieron la zona en grandes plantaciones en las que se cultivaba trigo y se criaba ganado. A lo largo de los años, esto hizo que el terreno se volviera seco y polvoriento y lo dejó muy débil para resistir los largos periodos sin agua. No había vegetación para mantener el suelo en su lugar y cuando éste se secó, se convirtió en polvo, y fue llevado por el viento hacia el este y el sur en grandes nubes oscuras. 

En las Grandes Llanuras. Hasta entonces siempre había habido sequías y vientos fuertes, pero ahora no había pastos que protegieran el suelo, la capa fértil que la cubría desapareció durante los dos primeros años de sequía. Sería en 1932 cuando se produjeron las primeras grandes tormentas de arena, y a lo largo de toda la década desaparecerían hasta treinta mil millones de toneladas de esta tierra fértil. Los campos se quedaron cubiertos de arena , apenas si se veían algunos matorrales. Y cuando una de aquellas tormentas se abatía sobre las poblaciones y las granjas, el Sol quedaba oscurecido por la tierra que flotaba en el aire, el ruido del viento era ensordecedor, el polvo se metía por todas las rendijas, la gente se refugiaba en sus casas, las escuelas cerraban, los agricultores abandonaban los campos y la vida quedaba paralizada durante días mientras el polvo lo invadía todo, se colaba por las puertas, las ventanas y si alguien era sorprendido a la intemperie por una de estas tormentas sin posibilidad de hallar refugio encontraría la muerte asfixiado por el polvo.


Mientras, el resto del país, sumido en la Gran Depresión, permanecía ignorante de lo que estaba sucediendo en las Grandes Llanuras. Aquellas tormentas de polvo eran cada vez más frecuentes y las lluvias siguieron sin aparecer en los años siguientes. El polvo lo invadía todo, en las casas se trataba de impedir su entrada con los medios que el ingenio humano creaba como sábanas húmedas en las puertas que retenían las partículas de polvo o trapos empapados en una mezcla de harina y agua para sellar las rendijas de las ventanas. La Cruz Roja distribuyó mascarillas para protegerse del polvo pero no había para toda la población y muchos sólo contaban con pañuelos para cubrir la nariz y la boca. Al final el polvo lograba penetrar, cubría mesas, suelos, sillas, los platos de la comida hasta el extremo de que literalmente comían polvo. Las casas y los graneros quedaban sepultados, los coches desaparecían bajo toneladas de arena y lo que un tiempo habían sido verdes praderas y luego dorados campos de trigo se convirtió durante la década de 1930 en un enorme desierto.

Supervivientes de aquellos días afirmaban que el polvo era tan fino que parecía talco y llegaba a ser tan espeso que incluso dentro de una habitación no conseguías ver con claridad al resto de personas que se encontraban allí. La gente respiraba polvo continuamente y muchos desarrollaban silicosis, una enfermedad pulmonar que solía afectar a los mineros que durante años respiraban partículas de sílice, pero que ahora padecían incluso los niños.


En medio de este paisaje apocalíptico, con las tierras devastadas y sin posibilidad de poder trabajarlas para obtener cosechas , los agricultores vieron como las deudas se amontonaban y no podían hacer nada para pagarlas. En estos años entre 315.000 y 400.000 familias tuvieron que abandonar los estados de las Grandes Llanuras con la esperanza de encontrar un futuro mejor en la costa oeste, en California animados por la publicidad que les prometía que allí tendrían trabajo y hallarían tierras fértiles y soleadas. Pero la Gran Depresión había llevado a California a cientos de miles de personas en una época en la que uno de cada cuatro norteamericanos estaba desempleado y no existían sistemas de protección social. Los nuevos refugiados no fueron bien recibidos y muchos fueron rechazados. A los refugiados de la Dust Bowl se les miraba como una amenaza para el resto de la sociedad, personas ignorantes, pobres y enfermas de las que nadie quería saber nada.

El 14 de abril de 1935 se habían reunido todas las condiciones para formar la mayor tormenta de arena jamás conocida , una tormenta que arrastraría trescientos millones de toneladas de tierra por el aire y que sería conocido como el Lunes Negro. Aquel día una nube de polvo de más de un kilómetro y medio de alto y cientos de kilómetros de ancho fue engullendo pueblo tras pueblo . La colosal tormenta llegaría hasta la costa y las grandes ciudades como Washington y Nueva York . Esta enorme tormenta haría tomar conciencia al resto de América de lo que se estaba viviendo en las Grandes Llanuras.


La sequía , sin embargo, no terminaría hasta tres años después, en otoño de 1939. Terminaba así aquella década terrible, que había comenzado con la Gran Depresión de 1929 a la que siguió la mayor catástrofe ecológica de los Estados Unidos en toda su historia. El hombre había maltratado a la naturaleza, había abusado de ella sin tener en cuenta las consecuencias, y después de décadas de silencio, ésta respondió con violencia. El daño que sufrieron las Grandes Llanuras fue muy profundo y algunas de sus heridas jamás han curado del todo.

El Dust Bowl fue un aviso de lo que la naturaleza puede hacer y de lo frágiles que somos ante su fuerza. De como los que fueron orgullosos granjeros se convirtieron en mendigos y pasaron hambre. Aprendamos de los errores del pasado para que no vuelva a suceder otro Dust Bowl de naturaleza más terrible.


Fuente: El mentidero de Mielost 

La Ruta 66



El 11 de noviembre de 1926, se estableció la U.S. Route 66, también conocida como Route 66, la calle principal de América, la carretera madre, la ruta de la huida...

Cuando se diseñó la carretera, alrededor de 22 millones de automóviles y motocicletas surcaban los caminos en Estados Unidos y la fe en el progreso dominaba el país. Pero el crack bursátil llegó, la bolsa de Nueva York se hundió, los financieros se arrojaban por las ventanas de los rascacielos y los planes de prosperidad se retorcieron.

Al bache financiero desatado en 1929 se le unió una sequía que barrió las tierras y secó todo cuanto tocaba. Las tormentas de polvo de los años treinta, conocidas como The Dust Bowl (cuenca del polvo), agudizaron las trampas a los agricultores. Ya no eran sólo las deudas con los bancos las que expulsaban a la gente a los bordes de la carretera y a campamentos, sino unos suelos agotados cuyos rendimientos, con las técnicas utilizadas, hicieron inviable los negocios familiares. El clima, la depresión económica y la voracidad de los bancos sacaron a cerca de tres millones de personas de sus granjas.



Millones de hectáreas de tierra laborable fueron inutilizadas, y cientos de miles de personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares de toda la vida. Se fueron por la Ruta 66 hacia la tierra prometida: California. Cientos de miles de familias viajaron por esa ruta solitaria durante los años treinta. Paralelo a ésta situación, en el Oeste los propietarios de las empresas agrícolas hicieron correr la voz de que en sus tierras había trabajo y buena remuneración y repartieron millares de volantes anunciándolo. Pero era un engaño. Lo que buscaban era atraer la mayor cantidad de gente posible para abaratar los salarios.

Esa realidad la desconocían las miles de familias que salían a la carretera rumbo al Oeste a bordo de destartaladas camionetas, cargando con todo lo que podían de su destruido hogar. A medida que avanzaban por la 66 a su destino en California, iban conociendo historias desesperanzadoras que aguaban sus sueños de prosperidad, pero por increíble que parezca, seguían adelante con la idea que con ellos la suerte iba a ser distinta. Y los volantes, sin ningún tipo de compasión, se seguían repartiendo por Oklahoma, Kansas, Missuri y demás estados por los que atravesaba la Ruta 66.

-¿A cuánto está la próxima ciudad? 
-Ayer vi pasar cuarenta y dos coches como el suyo. ¿De dónde salen todos ustedes? ¿A dónde van? 
                                                                                                         (Novela “Las Uvas de la Ira”)


 

En los 40’s, cuando los Estados Unidos entraron en la Segunda Guerra Mundial, la 66 fue la ruta de traslado de las tropas y material bélico. En los 50’s, fue el camino preferido por quienes iban a pasar el verano a la ciudad de Los Angeles. En los 60’s sirvió para los viajes mágicos y misteriosos de los hippies, que convirtieron el hecho de viajar en un fin en sí mismo.

La Ruta 66 fue retirada de la Red de Carreteras de los Estados Unidos cuando concluyeron las obras de la Autopista Interestatal 40 (I-40) en 1985, afectando la red de comercios y servicios que por 60 años se asentaron a lo largo de su recorrido. Del mismo modo, el cierre de la 66 provocó que muchos pueblos cayeran prácticamente en el olvido. A partir de los 90’s se han formado una serie de asociaciones que tienen el propósito de preservar los tramos que aún quedan de la mítica ruta y los han convertido en puntos de atracción turística, desarrollándose actividades que benefician también a los pueblos por donde pasó. Actualmente se le denomina Histórica Ruta 66.



Fuente: Una para el Sunset 


lunes, 7 de noviembre de 2016

99 aniversario de la revolución Bolchevique


Hoy hace 99 años que triunfó la primera revolución proletaria de la historia, la revolución Rusa. Desde la cultura dominante se nos enseña la revolución rusa como una sucesión de hechos sin más, sin analizar las causas profundas de esa revolución, ni las estructuras sociales previas a esta, con este artículo intentaré hacer un análisis sintético y profundo sobre la revolución de Octubre, sus causas y consecuencias.

La revolución rusa es una revolución estructural, según Gramsci existen dos tipos de revolución, las epidérmicas que solo cambian las estructuras políticas del país (véase revoluciones naranjas o primaveras árabes) y las estructurales, que cambias las formas y estructuras de la sociedad (la propia revolución Rusa, la Francesa, la China...). La revolución de Febrero ya cumple con todos los requisitos ya que acaba con el antiguo régimen feudal zarista. La revolución será dual, Febrero y Octubre. La revolución se producirá en gran medida, a causa de la primera guerra mundial.

A partir de la guerra de Crimea y la de Japón (1905) la población percibe debilidad en la dinastía de los Romanov. En 1905 se sucede la primera revolución, que consigue hacer ceder al zarismo y crea la duma (parlamento), la rusia zarista necesita ampliar su base social y acepta a los socialrevolucionarios -con gran fuerza en el campo- y a los socialdemócratas (PSODR)-con fuerza en las ciudades- el PSODR estaría integrado a su vez por bolcheviques (insurreccionalistas) y mencheviques (parlamentaristas y reformistas). En estas fechas aparecen los soviets, asambleas de trabajadores, campesinos y soldados que poco a poco van ganando peso en la sociedad rusa

La composición social rusa era claramente campesina, un 85% de la sociedad eran campesinos y muchos de ellos revolucionarios, llevan desde el siglo XIX luchando por la propiedad de la tierra contra los terratenientes, también existen propiedades comunales muy jerarquizadas  que no serán revolucionarias. El proletariado se compone principalmente por mineros y constructores de maquinaria, no llegaba al 2% de la población, sin embargo a partir de 1910 el porcentaje de obreros crecerá exponencialmente y ganarán fuerza en las zonas urbanas, sobre todo en Moscú y San Petersburgo. La cúpula zaristas está formada por aristócratas y terratenientes, la burguesía es escasa y se centran en la Rusia europea. La oposición zarista, se formaba hasta el inicio de la primera guerra mundial, por intelectuales alejados de la sociedad rusa.

Al iniciarse la Gran Guerra en 1914, los socialistas (mencheviques) rusos ya no plantean la revolución (sólo los bolcheviques, corriente interna minoritaria), los partidos se han ido burocratizando y pasan a defender tesis totalmente reformistas. La II Internacional, además, se pronuncia a favor de la nación-estado a la que pertenecen, provocando así la ruptura del internacionalismo y el apoyo a una guerra donde los que más sufren son los campesinos movilizados en el frente. Aun así, lo que hace sobrevivir al régimen zarista estos años es la lealtad del ejército, que se va deteriorando poco a poco. Al principio la guerra tiene el apoyo mayoritario de la sociedad, el sentimiento nacionalista que inspira el antiguo gran imperio ruso victorioso...

El ejército se amplia reclutando millones de campesinos -muchos de ellos revolucionarios- y comienza a tener derrotas, va aumentando el descontento con las cúpulas, tanto militares como de gobierno. Las clases dominantes del momento argumentaban que la ineptitud del Zar era la causante de las derrotas rusas. Realmente tanto el ejército zarista, como la economía rusa eran incapaces de mantener una guerra moderna.

En tres años de guerra -desde Agosto del 14 a Febrero de 1917- ya ha habido 2 millones de bajas y 8 millones de heridos, algo impensable hasta el momento. La guerra, además, requiere de mano de obra en la ciudad, para empresas armamentísticas, lo que provoca el éxodo rural y la proletarización forzosa de una ingente cantidad de campesinos que trabajan y viven en condiciones infrahumanas. Además, el suministro del grano comenzó a fallar ante la falta de gente en el campo, además, los terratenientes especulaban con los precios provocando el hambre para obtener el mayor beneficio.

Los gobernantes se ven incapacitados de dar una reacción capaz de solventar esta crisis. El acontecimiento que desencadenó la caída del zarismo será una manifestación de mujeres en contra del hambre y de la guerra, el evento, pequeño, es reprimido causando muertes, lo que provoca grandes disturbios los días siguientes, que se saldan con 1300 muertos.



El 2 de Marzo Nicolas II abdica en su hermano Mihail, que a su vez abdica, creando un gobierno provisional presidido por Lvov . El príncipe no cumplió con lo prometido -reformas sociales- y pronto fue destituido y reemplazado por Kerensky, socialista -iniciándose así la revolución de Febrero-. El acoso recibido por derecha -golpe de Kornilov*- y por los soviets hicieron que el gobierno fuera incapaz de sostenerse, manteniendo todavía la guerra por las presiones extranjeras (a Inglaterra y Francia les interesaba que Rusia se mantuviese en guerra para que Alemania tuviese dos frentes). En un principio, la revolución de Febrero fue bienvenida por la amplia mayoría social rusa, ya que prometían cambios tanto políticos como sociales, así como el fin de la guerra, pero finalmente, su mantenimiento en la guerra hizo que la mayoría acabara apoyando a los bolcheviques, firmes defensores de la salida de esta.

Esta revolución de Febrero abre tres grietas en la sociedad rusa,
-Se desmorona la cúspide del poder político, el absolutismo zarista, por lo tanto hay una revolución política.

-Se desata la revolución social; los campesinos contra los terratenientes, cuando estos desertan del frente, vuelven con las armas a las tierras que trabajaban y las ocupan. De Febrero a Octubre desertan 800 mil soldados.

-El imperio está plagado de minorías étnicas y nacionales, estas aprovechan las circunstancias para atacar al imperio ruso.

De Febrero a Octubre los soviets ganan la hegemonía social y se establecen como un gobierno paralelo, sólo falta que alguien derroque al gobierno de Kerensky. Los soviets urbanos e industriales tenían mayoría bolchevique y los campesinos social-revolucionaria. Muchos soviets de soldados serían también bolcheviques.



Finalmente, en Octubre, los bolcheviques toman el poder junto a los soviets (asambleas), asaltando el palacio de invierno durante el Segundo Congreso nacional de los soviets, y entregándoles el poder. Lenin buscará lo primero de todo la paz con Alemania en Brest-Litovsk, perdiendo así parte de los territorios del antiguo imperio ruso, pero de otra manera no hubieran podido consolidar el poder soviético. Se nacionalizacirán los medios de producción, y se llevarán acabo toda una serie de medidas revolucionarias.

Los bolcheviques demandaban:
-Fin de la guerra
-Distribución de las tierras
-Estado que defienda a los trabajadores.

Las protestas por la situación de la guerra dieron el poder al partido bolchevique, sin embargo, el campesino no era bolchevique, aunque sí revolucionario, plantean la división de la tierra, no la colectivización. Estos campesinos ya controlan los medios de producción cuando desertan del frente con las armas y ocupan las tierras.

Los bolcheviques se aprovechan de la situación de la siguiente forma:

-No se identifican con el gobierno provisional.
-Lanza un discurso a favor de; la paz, la tierra y el trabajo.
-Hacen causa común con los soviets en las fábricas, los campos y en las guarniciones de militares. Los soviets se organizarán entre ellos y formarán un contragobierno provisional.

Pronto se desencadena la guerra civil rusa, los ejércitos blancos lucharán contra los rojos, los blancos estarán formados por liberales, reaccionarios, antiguos generales zarista y la ayuda francesa, inglesa, estadounidense... la ayuda no fue espectacular, las potencias occidentales pensaban que los bolcheviques serían incapaces de mantener el poder. El ejército Rojo, estaría formado principalmente por campesinos y asalariados.


 En ocasiones los historiadores progresistas niegan el papel de los bolcheviques en la revolución, acusándolos de oportunistas y argumentando que la revolución se produce únicamente por la guerra y por la mala gestión de los gobiernos existentes desde Febrero. ¿Pero acaso no tuvieron los bolcheviques la capacidad de análisis para reclamar las reivindicaciones que quería el pueblo ruso? ¿No tuvieron la capacidad organizativa suficiente para tomar el poder y para derrotar a los ejércitos blancos y europeos? Estos historiadores, que se las dan en ocasiones de "historiadores sociales", con tal de negar el papel bolchevique caen en determinismos propios de un estructuralismo ciego.

nivel internacional, la revolución bolchevique tendría una doble expansión,

-Primero la del terror, la llamada emigré, un millón y medio de rusos emigró.
-Segundo; la esperanza que generó en las clases trabajadoras del mundo. Además, esas esperanzas, provocaron divisiones en el movimiento obrero, cuando se crea la III internacional, con Lenin como cabeza visible, exportando su modelo organizativo, y expandiendo de forma ya imparable, el comunismo por todo el planeta.

¿Porqué la revolución Rusa no creo nuevas revoluciones?

"Si no hay ruptura del mecanismo de coherción no puede haber revolución" La teoría de la soberanía múltiple (Las revoluciones triunfan cuando el status quo se rompe creándose dos poderes soberanos que entran en guerra hasta el triunfo de uno). Los países que ganan la guerra no tienen revolución, porque el estado se fortifica, Inglaterra y Francia. Diferente es el caso de Alemania, derrotada por la guerra, en situación de miseria y hambre, en 1918 el emperador abdica, ante este vacío de poder se produce un proceso doble.

-Se inicia el levantamiento espartaquista, que nace de forma expontánea, ya que la liga espartaquista -posterior KPD- (de Luxemburgo y Liebcknecht) no participa en el levantamiento, aunque finalmente se adhiere.

-El SPD entra en el gobierno como socio mayoritario, reprime la revolución.

En julio del 19 ya está consolodida la nueva república de Weimar, con su constitución. ¿Por qué no triunfo la revolución? Porque había una burguesía fuerte capaz de financiar la contrarrevolución, y porque no había campesinado revolucionario (eran pequeños propietarios en su mayoría). Esto unido a la represión impuesta desde un gobierno socialista, haría que a partir de entonces, y hasta la llegada de Hitler al poder, la Komintern situará a los partidos socialistas como enemigos, definiéndolos como social-fascistas.

En el otro imperio derrotado el Austro-Húngaro también sufrió una revolución, la de Hungría de 1919, liderada por Bela-Kun y calificada por Lenin como precipitada, la república socialista de Hungría duraría poco, siendo invadida por el ejército Rumano pocos meses después del triunfo revolucionario.

El resto de intentonas revolucionarias se encontraron con estados fuertes a los que no pudieron derrotar, allí donde las intentonas se hicieron notar más, en Italia o Alemania, las clases dominantes reaccionarán empezando a financiar rompe-huelgas y pistoleros que pronto generarán lo que hoy conocemos como fascismo.